Investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias cuestionan en un estudio un hallazgo relevante sobre la dinámica de la Vía Láctea de los últimos años: la variación del eje de rotación del alabeo o distorsión hacia arriba y abajo de su disco.
Investigadores del Centro de Astrobiología han trazado el mapa más detallado hasta la fecha de estrellas masivas azules de nuestra vecindad solar y el de los brazos espirales de nuestra galaxia. Al hacerlo han encontrado algo inesperado: una estructura desconocida que conecta el brazo espiral de Orión, donde nos encontramos, con el de Perseo.
Con la ayuda de diez antenas operando conjuntamente en EE UU se han realizado nuevas medidas del primer agujero negro descubierto, Cygnus X-1. Los resultados revelan que está más lejos y es un 40 % más masivo de lo que se pensaba. Sus 21 masas solares desafían los modelos de evolución estelar.
La Agencia Espacial Europea ha lanzado la tercera entrega de datos de la misión Gaia, con información sobre más de 1.800 millones de objetos del universo. El movimiento de estrellas hacia el anticentro de nuestra galaxia, situado en la dirección opuesta al centro, ha permitido indagar en el pasado de la Vía Láctea y su roce con la vecina Sagitario.
Científicos del Instituto de Ciencias del Espacio han coliderado este hallazgo, que arroja luz sobre cómo se propagan los rayos cósmicos cerca de los microcuásares, hermanos pequeños y locales de los lejanos cuásares.
Con la ayuda del telescopio ALMA en Chile, un equipo de astrónomos ha observado una galaxia muy distante que es sorprendentemente parecida a la Vía Láctea. Se llama SPT0418-47 y su luz distorsionada, observada gracias a una lente gravitacional o ‘efecto lupa’ de otra galaxia cercana, ha tardado 12.000 millones de años en llegar hasta la Tierra.
Astrónomos del Instituto de Astrofísica de Canarias y expertos en computación de la Universidad de La Coruña han descubierto un nuevo tipo de estrellas muy ricas en fósforo, lo que podría ayudar a explicar el origen de este elemento, crucial para los seres vivos, en nuestra propia galaxia.
La formación de estrellas en nuestra galaxia se disparó durante las colisiones con la vecina Sagitario en al menos tres ocasiones: hace 5.700, 1.900 y 1.000 millones de años. Así lo sugieren investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias tras analizar los datos de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea.
Tras observar durante casi 30 años los movimientos de la estrella S2 orbitando en torno al agujero negro supermasivo del centro de nuestra galaxia, los astrónomos han confirmado que se mueve como predijo la relatividad general de Einstein. Su órbita tiene forma de rosetón, y no de elipse, como decía la teoría de la gravedad de Newton.
La fusión de nuestra galaxia con otra más pequeña llamada Gaia-Enceladus comenzó hace entre 11.600 y 13.200 millones de años, según reflejan las oscilaciones de una brillante estrella. Así lo señala un estudio internacional en el que han participado científicos del CSIC y se han usado datos de las misiones TESS de la NASA y Gaia de la Agencia Espacial Europea.