Es la principal conclusión de un nuevo estudio liderado por el ICM-CSIC que revela que, a medida que aumenta la contaminación por plásticos y disminuyen las especies formadoras de hábitat, la especie recurre cada vez más a estos restos para poner los huevos.
Un equipo internacional liderado por la Estación Biológica de Doñana del CSIC ha desarrollado un modelo de deposición de plástico basado en la dieta y el movimiento de estas aves.
Voluntarios, asociaciones de ecologistas y los propios municipios afectados llevan días organizándose para limpiar las playas gallegas afectadas por el vertido de millones de pellets de plásticos, tras la pérdida de hasta seis contenedores por parte del buque Toconao en aguas portuguesas.
Esta nueva investigación, realizada con células de peces cebra ‘in vitro’, muestra que el envejecimiento por rayos ultravioletas de las bolsas biodegradables aumenta con los niveles de toxicidad.
Investigadores del departamento de Química de Virginia Tech (EE UU) han dado con una forma inesperada de reciclar, al transformar cartones de leche, envases de alimentos y bolsas de plástico en jabón. El método consiste en calentar las largas cadenas de carbono de los plásticos y enfriarlas rápidamente.
El principio de una nueva era geológica ha quedado registrado en los sedimentos contaminados del fondo del lago Crawford, situado en una zona protegida el sur de Ontario, en Canadá. Así lo ha asegurado un grupo de geólogos en una conferencia celebrada en Francia.
El mayor peligro para las aves marinas es el plástico, que ha aparecido en los rincones más alejados del océano Pacífico Sur, sobre todo en las áreas de anidación de los albatros de Nueva Zelanda. Estos pájaros, protagonistas del #Cienciaalobestia, confunden los compuestos con presas y los ingieren y son testigos de lo lejos que puede viajar este material en el océano.
El uso de guantes, máscaras, batas, y otros equipos de protección individual ante el SARS-CoV-2, además de envases, mamparas y bolsas se ha disparado, y con ellos la fabricación de plástico. Ante el miedo al contagio, este material de usar y tirar, que a partir de 2021 iba a sufrir mayores restricciones de uso en muchos países, resurge para protegernos, pero pone en riesgo la salud del medio ambiente.
Investigadoras de la Universidad Politécnica de Madrid han desarrollado nuevos productos de yeso que incorporan desechos de plásticos de cables. Además de contribuir a la economía circular con la reutilización de estos residuos, las propiedades de estos compuestos mejoran la situación de los edificios frente a la acción externa del agua.