Investigadores de la Universidad de Huelva, en colaboración con el Instituto Tecnológico de Ciudad Madero (México), han obtenido en laboratorio un material compuesto basado en la lignina, una sustancia de origen vegetal que se utiliza en la producción de papel.
Cada año, entre cinco y trece millones de toneladas de basuras de plástico terminan en los océanos de todo el mundo. Un nuevo estudio advierte que esta cantidad podría multiplicarse por diez en la próxima década si la comunidad internacional no mejora su gestión de desechos.
Una investigación liderada por la Universidad de Cádiz concluye que el 88% de la superficie oceánica contiene microplásticos. Es el resultado del muestreo llevado a cabo durante la Expedición Malaspina 2010. La cantidad de residuos plásticos se ha estimado en decena de miles de toneladas.
Investigadores de la UNED, en colaboración con otros científicos españoles e italianos, han conseguido mantener intactas las propiedades del brócoli 12 días después de ser recolectado. El método consiste en sellar bolsas de polipropileno microperforado –un tipo de plástico– con un 10% de oxígeno y un 5% de dióxido de carbono.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Jaén han creado un sensor automático de bajo coste que detecta bisfenol A (BPA), un compuesto químico procedente del plástico, en muestras de leche. Diversos estudios han desmostrado que la exposición a esta sustancia produce alteraciones hormonales e influye en el sistema cardiovascular y reproductor.
Cuatro centros tecnológicos se han unido en un proyecto sobre tecnologías de reciclado químico para convertir residuos plásticos urbanos en nuevo plástico. Los rendimientos conseguidos rondan el 80% y las purezas del producto el 95%. En este proyecto han participado Cartif (Castilla y León), Gaiker (País Vasco), Itene (Comunidad Valenciana) y Circe (Aragón).
Un estudio norteamericano, publicado en la revista PNAS, demuestra que la exposición a un compuesto químico (bisfenol A) altera algunos rasgos sexuales de ratones ciervo machos y dificulta su capacidad para encontrar pareja. Los investigadores creen que los humanos también podrían ser vulnerables a este compuesto usado en la fabricación de algunos plásticos. Desde inicios de junio, la Unión Europea prohíbe la importación y venta de productos que contengan esta sustancia.
Estos tratamientos permiten, utilizando tecnologías limpias, optimizar las prestaciones adhesivas, la solidez de pinturas y recubrimientos o la función de propiedades barrera como repelencia a líquidos en juguetes, plásticos y textiles.
Las divisiones de Ingeniería Mecánica y Medio Ambiente del centro tecnológico Cartif de Valladolid coordinan 'Aplicanano', un proyecto público de investigación que indaga la adición de nanopartículas en las matrices poliméricas y su disposición en forma de recubrimiento. Cuatro comunidades autónomas se coordinan para obtener nuevos materiales.