Usando técnicas de resonancia magnética, científicos franceses han captado en imágenes en 3D cómo el cerebro y el cráneo de los bebés cambian de forma a medida que se mueven a través del canal de parto justo antes de nacer.
Un estudio liderado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid demuestra que el ejercicio físico supervisado y moderado durante el embarazo influye positivamente en la duración total del parto logrando un acortamiento del tiempo del mismo.
Un nuevo sistema de ayuda al diagnóstico, diseñado por investigadores valencianos, contribuye a reducir riesgos en los embarazos prolongados –más allá de la semana 40– y permite al mismo tiempo optimizar los recursos hospitalarios. Se trata de un equipo portátil y compacto que monitoriza la señal del músculo uterino y que, a partir de la información registrada, ayudaría a predecir si se va a producir un parto espontáneo o si, por el contrario, tendría que inducirse.
Científicos de la Universidad de Granada muestran, por primera vez, que existe una asociación entre el género del neonato y su capacidad para afrontar el estrés oxidativo y los procesos inflamatorios, un hecho que podría condicionar cómo se enfrentan a futuras patologías postnatales. El trabajo concluye además que el parto de una niña es menos agresivo para la madre que el de un niño.
En los nacimientos por cesárea los niños no se exponen al microbioma vaginal de la madre, lo que se ha asociado con un mayor riesgo de padecer enfermedades inmunológicas y metabólicas. Un estudio piloto ha conseguido, por primera vez, transferir parcialmente estas bacterias limpiando a los recién nacidos con una gasa incubada en la vagina de las progenitoras una hora antes del nacimiento.
Un parto puede adelantarse o retrasarse hasta dos o tres semanas con respecto a la estimación prevista. Esto crea una ventana de más de un mes que puede suponer un estrés para la madre y que dificulta los preparativos. Un nuevo estudio indica que una prueba rutinaria en la que se mide la longitud del cuello del útero puede ayudar a estrechar esa ventana a siete días desde el momento en el que se realiza el test.
La Organización Mundial de la Salud ha hecho público hoy un informe que muestra cómo la tasa de muerte infantil ha disminuido más de la mitad desde 1990. Aun así las cifras están lejos de alcanzar el reto marcado por los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas. Cada día mueren 16.000 niños menores de 5 años.
Dar a luz no es tarea fácil, sobre todo cuando el tamaño de la cabeza del neonato es grande comparado al de la pelvis de la madre. Un equipo de investigadores europeos ha identificado adaptaciones morfológicas en el cuerpo humano que parecen facilitar este dilema obstétrico. El estudio demuestra que las mujeres de cabeza grande o las de pequeña estatura presentan una cavidad pélvica más adaptada para dar a luz a niños ‘cabezones’.
La de partera es una ocupación crucial en la historia humana. La postura erguida, el gran cerebro y la forma del canal del parto del Homo sapiens hacen que las mujeres necesiten ayuda externa para parir, al contrario que la mayoría de las mamíferas. Hoy las comadronas aún marcan la diferencia entre la vida y la muerte, y garantizan el cuidado profesional de la salud de la madre y el bebé, no solo en países en vías de desarrollo.