Casi el total de muertes por paludismo en el mundo están causadas por Plasmodium falciparum, un parásito que muta constantemente para sobrevivir a los tratamientos. Investigadores de EE UU han desarrollado un nuevo compuesto que ha mostrado resultados exitosos en un modelo de ratón modificado para portar sangre humana, desarrollado en el Centro de I+D de GSK en Tres Cantos, Madrid.
Al detectar la afección en neonatos, este test podría mejorar de forma significativa el tratamiento temprano en zonas endémicas. El 20 % de los nuevos casos se deben a la transmisión vertical o congénita, cuando la madre infectada pasa el parásito a su bebé durante el embarazo.
Los resultados proporcionan una información crucial para el desarrollo de vacunas y tratamientos, ya que ayuda a identificar posibles proteínas útiles para el control de las enfermedades infecciosas.
Un equipo liderado por la Universidad Complutense de Madrid ha identificado el mecanismo por el que el parásito Leishmania evita ser detectado: a través de la proteína SHP-1, responsable de funciones celulares básicas. Este hallazgo sitúa a dicha enzima como posible diana terapéutica para el desarrollo de vacunas contra la enfermedad.
El parásito de la leishmaniasis, transmitido por la mosca de la arena, afecta a personas y animales, pero los fármacos actuales provocan cierta toxicidad. Una nueva investigación, coordinada por investigadoras de la Universidad Autónoma de Barcelona, abre las puertas a una nueva terapia más efectiva, y que reduce los efectos secundarios, contra la enfermedad.
Un equipo de científicos españoles ha detectado con técnicas PCR en muestras fecales de zorro rojo de Galicia la presencia de varios parásitos, algunos de los cuales causan enfermedades a humanos y animales de granjas. Según el estudio, el carnívoro se convierte en reservorio natural de agentes que pueden transmitirse a animales domésticos y humanos.
Un equipo de científicos españoles ha creado un sistema para inducir in vitro la conversión sexual masiva del parásito de la malaria Plasmodium falciparum. Esta técnica será instrumental para entender mejor el proceso de conversión sexual y diseñar nuevas herramientas para bloquear la transmisión de la malaria.
Un equipo de científicos ha descubierto la relación entre parásito y huésped más arcaica conocida, la de un tipo de braquiópodos –muy parecidos a las almejas– que conservan en sus conchas unos tubos que robaban su comida. El hallazgo retrasa los orígenes de esta práctica en más de 25 millones de años.
El ADN registrado más antiguo de un parásito pertenece a la lombriz Toxascaris leonina y ha sido encontrado en las heces fosilizadas de un puma que vivió en el norte de Argentina hace unos 17.000 años. El hallazgo demuestra la presencia de la especie en la zona antes de la llegada de los seres humanos.
Un equipo internacional de científicos ha creado el atlas de actividad genética que abarca el ciclo de vida completo del parásito de la malaria. Se trata del primer mapa de este tipo para un organismo unicelular y permitirá conocer las etapas clave de desarrollo del organismo para controlar la enfermedad y producir fármacos y vacunas contra un parásito cada vez más resistente.