Pese a su baja magnitud, el terremoto de Lorca en Murcia ocurrido en mayo de 2011 tuvo consecuencias similares a otros mayores. Un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid ha analizado los factores que motivaron que el sismo provocara tantos daños personales y materiales.
El terremoto ocurrido la madrugada del 23 de agosto en la región de Rieti, en Italia central, vuelve a impactarnos porque pone de manifiesto el tremendo poder destructor de los sismos de magnitud mayor de 5 y poco profundos en el ámbito Mediterráneo, con poblaciones rurales con construcciones altamente vulnerables. Un evento como este puede repetirse en Italia o incluso en España, puesto que allí donde hay fallas activas de gran longitud, ha habido y habrá terremotos.
Investigadores españoles han analizado el impacto de la catástrofe de Lorca en el porcentaje de menores con estrés postraumático. Los resultados revelan que el 55% de los jóvenes mostraba este trastorno al mes del terremoto y el 40% lo mantenía al año siguiente.
Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos y otros centros madrileños han analizado los efectos sísmicos que se produjeron en el patrimonio histórico de Lorca durante el terremoto del 11 de mayo de 2011. Los resultados están ayudando a diseñar refuerzos antisísmicos y otras tareas de restauración en los edificios patrimoniales.
Un grupo internacional de investigadores, con participación española, ha identificado en la historia más reciente de la falla de Alhama de Murcia seis grandes terremotos de magnitud superior a 7. Según los científicos, esto proporciona una “evidencia convincente” de que las magnitudes máximas de sismicidad en la zona son superiores a las que se pensaba.
El seísmo ocurrido en la localidad murciana de Lorca en 2011 estuvo controlado por una disminución del peso sobre la corteza terrestre por extracción de agua subterránea. El temblor, de magnitud 5,1, se produjo en la falla de Alhama de Murcia, la más activa región, según un estudio publicado en Nature Geoscience.
Los terremotos de Lorca (mayo 2011) y Emilia Romagna (mayo 2012) tienen muchas similitudes. Por ello, investigadores españoles e italianos han iniciado una colaboración para estudiar estos dos ejemplos. El objetivo es catalogar los efectos geológicos y arquitectónicos de los terremotos antes de que se pierdan para siempre, así como establecer unas adecuadas normas y restauraciones en las edificaciones, para hacerlas más resistentes ante futuras catástrofes.
Daños producidos por el terremoto en el Convento de las Clarisas.