El Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana ha participado en una campaña de excavaciones en el yacimiento de la Cueva de los Torrejones (Guadalajara) donde se han encontrado los únicos restos fósiles de Homo sapiens del Paleolítico superior del interior peninsular.
El hallazgo en Marruecos de unos fósiles de Homo sapiens de 300.000 años de antigüedad arroja luz sobre el origen aún poco conocido de nuestra especie. La localización de los restos, cuyo análisis se ha publicado en Nature la semana pasada, sugiere que el Homo sapiens pudo haber conocido otras especies humanas y dispersarse por toda África antes de salir del continente. Nuestras andanzas pudieron comenzar mucho antes de lo que se pensaba.
La idea de que los humanos modernos evolucionaron en el este de África hace 200.000 años podría dejar de ser válida. Un equipo de paleoantropólogos ha descubierto restos óseos de Homo sapiens con unos 300.000 años de antigüedad en el yacimiento Jebel Irhoud, en Marruecos, un hallazgo revolucionario que adelanta 100.000 años los orígenes de nuestra especie.
Un grupo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, en Burgos, ha llevado a cabo un estudio que analiza la correlación entre las áreas parietales, la bóveda craneal y la evolución del cerebro. El trabajo indica que el aumento de las áreas parietales ha introducido un cambio importante en la orientación funcional de toda la cabeza, con posibles efectos sobre postura y orientación de la cara.
Un investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos ha realizado un estudio comparativo de tres fósiles africanos asociados a especies muy arcaicas del género humano. Utilizando reconstrucciones digitales obtenidas con imágenes biomédicas, el trabajo establece que la forma de los lóbulos frontales en los homínidos puede depender de factores asociados a la geometría del cráneo y a su organización espacial, y no solo de los relacionados con la evolución del cerebro.
Una investigación, en la que participa el Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana de Burgos, indaga sobre la manipulación de huesos para fines no nutricionales hace más de 300.000 años en el yacimiento israelí de Qesem Cave. Los hallazgos revelan la existencia de retocadores de hueso en este enclave y confirman la capacidad de los homínidos previos al Homo sapiens para manipular diferentes tipos de materias.
El yacimiento de la Cova de les Teixoneres, en la comarca del Moianès (Barcelona), pudo haber sido testigo de la desaparición de los neandertales en Europa occidental, según un nuevo estudio. El equipo de científicos ha logrado datar los restos con un nuevo método de ultrafiltración y señala que hubo una continuidad ocupacional hasta hace 35.000 años y luego no estuvo ocupada durante 7.000 años.
El genoma de 51 Homo sapiens prehistóricos muestra dos grandes cambios ocurridos en el continente europeo durante los últimos 40.000 años. Tras el deshielo, las poblaciones refugiadas en el suroeste recuperaron las zonas abandonadas, pero más tarde otro grupo migratorio procedente de Oriente Próximo impuso sus genes.
El paleoneurólogo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, Emiliano Bruner, confirma en su último trabajo que el mayor tamaño del precúneo en los Homo sapiens es una de las diferencias más evidentes respecto al cerebro de los chimpancés. Esta es una de las áreas más variables entre individuos adultos, esencial para la integración visoespacial, que coordina las relaciones entre cerebro, cuerpo y ambiente.