Dejando de lado las lágrimas, el enfado y las frases moralizadoras, la activista sueca ha hablado hoy en el plenario de la COP25 con cifras y evidencia científica. Ha querido ceder el protagonismo a la labor de los investigadores y se ha apoyado en los datos que aporta el IPCC para repetir su mensaje: “La gente está dispuesta a cambiar”.
Greta Thunberg hoy en la COP25. / UNclimatechange
Encabezada por Greta Thunberg, la manifestación ha llenado las calles madrileñas de reivindicaciones ante la emergencia climática. Coincidiendo con el ecuador de la cumbre del clima COP25, las más de 850 instituciones participantes piden mayor ambición de los países en sus compromisos.
Marcha por el Clima en Madrid / Sinc
Greta Thunberg a su llegada esta mañana a la COP25 / Francis Tsang
La joven activista sueca, que participará en la COP25 en Madrid, despierta rechazo en algunas personas, no siempre negacionistas del cambio climático. Su edad, su género y su síndrome de Asperger se suman a un incómodo mensaje: que tanto nuestro modo de vida como el sistema deben cambiar si queremos frenar las emisiones que amenazan el medioambiente.
Cuando en verano de 2018 Greta Thunberg, de 15 años entonces, empezó a faltar al colegio para manifestarse frente al parlamento sueco, pocos imaginaron que lograría poner en marcha a los millones de jóvenes que ahora se congregan cada viernes, como hoy en la Huega Mundial por el Clima. ¿Qué ha hecho que su mensaje cale más que ningún movimiento anterior?