Cuando se coloca una capa de grafeno encima de otra con un ángulo de rotación de 1,1 grados, las propiedades electrónicas del sistema se asemejan a las de algunos materiales superconductores. El avance, que algún día podría aplicarse en transistores superconductores y computación cuántica, lo acaba de presentar el físico español Pablo Jarillo y otros científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en EE UU.
Científicos de tres centros de investigación vascos y uno gallego han creado el dispositivo magnético más pequeño conectado a un circuito. Esta compuesto por una sola molécula y sus conexiones se realizan a través de tiras de grafeno.
Un equipo internacional de científicos ha desarrollado un método que permite determinar la densidad de defectos en nanomateriales bidimensionales, como el grafeno, gracias a medidas de los cambios en la coherencia espacial de la luz que incide sobre ellos. El estudio, en el que ha participado un investigador de la Universidad Politécnica de Madrid, demuestra que existe una relación entre las propiedades estructurales del grafeno y las de la luz.
El grafeno presenta extraordinarias propiedades mecánicas y electrónicas, pero no magnéticas. Esta carencia se puede resolver con la ayuda del más ligero de los elementos: el hidrógeno, que al contactar con el grafeno le transfiere su momento magnético. Lo ha demostrado un equipo de científicos europeos coordinados por el físico Iván Brihuega desde la Universidad Autónoma de Madrid.
El grafeno protagoniza la mayor iniciativa europea de investigación hasta la fecha, la Graphene Flagship, pero dentro de este megaproyecto se promocionan también los estudios de otros materiales bidimensionales, como los llamados TMD. Sus interesantes propiedades se pueden aplicar en electrónica, espintrónica y un tercer campo: la ‘valletrónica’, según explica en esta entrevista el físico Lucian Covaci de la Universidad de Amberes.
En el futuro, las excepcionales propiedades del grafeno harán más ligeros los asientos de los automóviles y las protecciones para las antenas de las aeronaves, lo que reducirá el consumo de carburante. Son solo dos ejemplos de las aplicaciones de este revolucionario material presentadas durante la última semana de septiembre en Atenas, donde empresas y centros de investigación han mostrado sus últimos resultados para producirlo a escala industrial.
Por sus excelentes propiedades, el grafeno aspira a revolucionar no solo la industria, sino también nuestro día a día, con dispositivos de una flexibilidad sin precedentes. Pero antes de hacer historia tiene que enfrentarse al principal escollo: su baja rentabilidad. Científicos del proyecto europeo Gladiator presentan en la Graphene Week de Atenas una nueva técnica y una metodología que supervisa el crecimiento del grafeno para mejorar la calidad y reducir los costes de fabricación del material.
Científicos del Galicia y Cataluña han sintetizado los nanohilos de grafeno más finos y más largos del mundo, que están hechos con hasta diez anillos de benceno. Estos fragmentos resultan interesantes por su potencial en computación cuántica y ciencias fotónicas.
Investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) han desarrollado la primera cámara basada en el grafeno, capaz de detectar luz visible, ultravioleta e infrarroja a la vez. Se podrá usar en multitud de aplicaciones, como visión nocturna, inspección de alimentos, control de incendios y sistemas de imagen.