Investigadores británicos, norteamericanos y tailandeses han descubierto que el elefante asiático (Elephas maximus) coopera con otros ejemplares de su misma especie para conseguir un objetivo. La investigación, publicada hoy en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), revela que estos mamíferos desarrollan comportamientos típicos de los primates.
Un equipo internacional de científicos demuestra en PLoS Biology que el elefante africano de sabana y el del bosque –más pequeño- no son la misma especie sino que se han diferenciado el uno del otro durante millones de años. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores han comparado por primera vez el elefante asiático, el elefante africano de bosque, el elefante africano de sabana, el extinto mamut lanudo y el extinto mastodonte americano de forma conjunta.
Los elefantes africanos divergieron durante los últimos millones de años.
El próximo 13 de marzo comenzará en Doha (Qatar) la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES, en sus siglas en inglés) en la que se debatirá, entre otros, la autorización de la venta de marfil de elefante en Zambia y Tanzania. En el último número de Science, un equipo internacional de 27 conservacionistas rechaza la venta ya que podría llevar a una mayor masacre de elefantes en todo el continente africano.
Elefantes africanos en el Parque Nacional de Amboseli en Kenia.
La mayoría de los animales pasan sin esfuerzo de caminar a correr, pero su enorme tamaño impide a los elefantes saltar en el aire a velocidades elevadas. Un equipo de científicos europeos ha estudiado los movimientos de los paquidermos con el ánimo de demostrar si corren o caminan para desplazarse a gran velocidad. Los resultados confirman que las patas delanteras trotan mientras que las traseras caminan a velocidades elevadas.