Tras una densa nube de gas y polvo interestelar en nuestra galaxia, un instrumento del Gran Telescopio Canarias ha detectado una estrella supergigante azul con una masa de casi 50 veces la del Sol y una luminosidad próxima al millón de veces la de nuestro astro. Lo más desconcertante es que de un día para otro su velocidad ha variado 60 km/s.
El 24 de enero está previsto que el telescopio espacial James Webb realice su inserción orbital en L2, un punto situado a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra desde donde observará las primeras luces del universo. Pero antes de comenzar sus operaciones científicas, durante los próximos cinco meses, tendrá que completar su enfriamiento, alinear sus espejos y calibrar todos los instrumentos.
Con la ayuda de un modelo en 3D de nuestro vecindario galáctico, astrofísicos de EE UU y Europa han demostrado que una serie de explosiones de supernova han conducido a la creación de la Burbuja Local, en cuya superficie, situada a unos 500 años luz, se forman todas las estrellas jóvenes más próximas a nosotros.
Los datos de la misión Cheops de la Agencia Espacial Europea muestran que el exoplaneta WASP-103b, un gigante gaseoso dos veces más grande que Júpiter, ha sido deformado por las potentes fuerzas de marea que se generan con su estrella anfitriona, WASP-103, en la constelación de Hércules. Es la primera vez que se constata este efecto ‘balón de rugby’ en un objeto de masa planetaria.
Después de un cuarto de siglo de desarrollo, el día de Navidad de 2021 por fin se ha lanzado desde la Guayana Francesa el observatorio más potente y sensible jamás enviado al espacio. Operando con luz infrarroja, podrá observar las primeras estrellas y galaxias del universo, además de exoplanetas en los que podría detectar biomarcadores en sus atmósferas. Los próximos días serán cruciales para el complicado despliegue de sus componentes.
Más allá de la Vía Láctea se han detectado agujeros negros mediante ondas gravitacionales o por sus emisiones de rayos X, pero ahora un equipo de astrónomos lo ha logrado observando cómo afecta al movimiento de una estrella vecina. Así se ha encontrado uno que estaba oculto en un cúmulo estelar de la Gran Nube de Magallanes.
Buscando análogos cercanos de las primeras galaxias formadas en el universo, investigadores del Centro de Astrobiología y otros centros internacionales han detectado un inicio irregular, con períodos violentos de formación de estrellas seguidos de otros donde las galaxias parecen dormidas. Los datos los han facilitado el telescopio espacial Hubble y el Gran Telescopio Canarias.
En el siglo XII astrónomos chinos y japoneses observaron una explosión estelar en el cielo que se mantuvo durante seis meses. Ahora investigadores de la Universidad de Hong Kong, el Instituto de Astrofísica de Andalucía y otros centros han localizado su remanente y sugieren que fue fruto de la interacción de un sistema binario de estrellas.
Astrónomos del proyecto Very Large Array Sky Survey (VLASS) han detectado una fuente de radio compatible con una explosión estelar fruto de la fusión entre un objeto compacto –una estrella de neutrones o agujero negro– y una estrella masiva. Este tipo de supernova se había planteado en modelos teóricos, pero hasta ahora no se había observado.
Investigadores del Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona han comprobado que las características distintivas de Palomar 5, uno de los cúmulos de estrellas más ‘esponjosos’ del halo de la Vía Láctea, probablemente son resultado de los más de cien agujeros negros localizados en su centro.