Tras modelizar la metalicidad de las estrellas, su radiación ultravioleta y la capa de ozono de los planetas circundantes, científicos alemanes han descubierto que es más fácil que la vida prospere en mundos situados alrededor de estrellas con relativamente menos cantidad de elementos pesados.
El telescopio espacial James Webb de la NASA y la ESA ha observado la estrella WR 124 con un grado de detalle sin precedentes. La ha detectado mientras se desprende de sus capas externas, lo que da como resultado unos característicos y vistosos halos de gas y polvo.
Un equipo de internacional, con participación de la Universidad de Valencia, ha identificado seis poblaciones masivas de estrellas. El hallazgo pone en cuestión el conocimiento consolidado por la comunidad científica en torno a la génesis del cosmos.
Un estudio liderado por un consorcio de España y Alemania ha hecho públicas 20.000 observaciones de una muestra de 362 estrellas frías cercanas, tomadas desde el telescopio almeriense de Calar Alto entre 2016 y 2020. Los resultados han incrementado el censo de planetas conocidos en el vecindario solar.
Con siete observatorios autónomos a lo largo de los cinco continentes, la red BOOTES vigila ya el cielo en búsqueda de fenómenos cósmicos transitorios, que brillan de forma breve, intensa y repentina. Este avance tecnológico abre una nueva era en el campo de la astronomía.
Gracias a una campaña de ciencia ciudadana, se ha comprobado que la reducción de estrellas visibles se asocia a un aumento anual del 9,6 % en el brillo del cielo nocturno por la contaminación lumínica. A este ritmo, un niño o una niña que al nacer observaran 250 estrellas, cuando cumplan 18 solo verán unas 100.
Gracias a los ‘ojos’ infrarrojos del telescopio espacial James Webb, se ha observado con una nitidez sin precedentes la luz difusa y muy débil de estrellas que no están unidas gravitacionalmente a ninguna galaxia dentro de grandes cúmulos. Los datos, procesados en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), también ofrecen pistas sobre la materia oscura.
Tras analizar más de 40 planetas extrasolares, dos astrofísicos españoles han comprobado que existe una abundante población de exoplanetas constituidos por agua, hasta en un 50 % de su masa, y roca en torno a las estrellas más comunes de nuestra galaxia. En estos mundos el agua se encuentra posiblemente bajo la corteza, no en océanos y ríos en su superficie.
La misión Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de presentar sus últimos datos, ofreciendo información nueva y mejorada de casi 2.000 millones de estrellas de la Vía Láctea. Los resultados también permiten describir con mayor precisión insólitos ‘terremotos estelares’, la composición química o ‘ADN’ estelar o los movimientos de estos astros, además del crecimiento con material de galaxias vecinas.