Los números son imprescindibles en esta pandemia. Clara Prats, investigadora del grupo de biología computacional y sistemas complejos de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), ha trabajado incansablemente para elaborar informes diarios con predicciones de la crisis sanitaria global. En el quinto episodio de esta audioserie, Clara explica cómo se convirtió en la modelizadora del nuevo coronavirus.
Esta albaceteña trabaja desde Nueva York en IAVI, una ONG dedicada al desarrollo de fármacos para enfermedades infecciosas con el foco puesto en que sean accesibles y asequibles para toda la humanidad. Para la covid-19 desarrollan una vacuna con la misma estrategia que les ha dado buenos resultados con el ébola. No necesitarán tanto frío como las actuales, bastará una sola dosis y podrán ser orales o nasales.
Ambas vacunas presentan eficacias cercanas al 95 % y necesitan ser suministradas dos veces. No obstante, presentan algunas diferencias en cuanto a su conservación. La de Moderna ha demostrado mayor capacidad para prevenir casos graves de la covid-19, según datos publicados por los reguladores estadounidenses.
La producción de estos anticuerpos es más elevada en los casos graves de covid-19 que en los leves y asintomáticos. Aunque todavía hay que estudiar qué niveles mínimos de anticuerpos son necesarios para combatir el SARS-CoV-2, los resultados de este estudio plantean un escenario optimista en cuanto a la inmunidad a largo plazo.
Un análisis de la primera onda pandémica de SARS-COV-2 en España identifica las características clínicas y epidemiológicas de los casos, revela los principales factores de riesgo para la covid-19 grave y evidencia el efecto del confinamiento en la mitigación de la epidemia. Los resultados se publican en Eurosurveillance, la revista del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades.
Investigadores del CSIC y la empresa Immunostep han sacado al mercado un test que detecta en sangre tres tipos de anticuerpos generados como respuesta a proteínas del coronavirus, incluyendo una que hasta ahora no se había usado para el diagnóstico. De esta forma se puede conocer a las personas que han estado en contacto con el virus y se han inmunizado.
Las científicas han publicado menos sobre la covid-19 que los hombres. Lo de Núria Montserrat es una excepción. En pleno confinamiento, sus minirriñones sirvieron para probar un fármaco que impide la infección del SARS-CoV-2. La investigadora del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) cuenta las peripecias de estos meses tanto en el laboratorio como en su casa, donde vive con su pareja y sus tres niños.