Un nuevo estudio observacional de investigadores estadounidenses indica que las personas que no realizan nada de ejercicio físico y se infectan por covid-19 tienen más del doble de probabilidades de ser ingresados en el hospital, en comparación con aquellos que se ejercitan durante más de dos horas a la semana. Este factor sería incluso más perjudicial que el tabaquismo, la obesidad, la hipertensión o la pobreza.
Confirmar si estos fármacos pueden provocar raros casos de trombosis con plaquetas bajas, entender el mecanismo y qué personas son susceptibles permitirá tratar este infrecuente síndrome. Toda esta información reduciría aún más la probabilidad de daños potenciales.
La vacuna de Janssen, la primera contra la covid-19 de una sola dosis, se puede almacenar a temperaturas de nevera y es eficaz frente a nuevas variantes predominantes. Nuestro país fue uno de los tres Estados europeos donde se llevó a cabo el ensayo clínico de fase 2.
Tras las imágenes difundidas la semana pasada por una ONG, la comunidad investigadora condena el maltrato animal cometido en un laboratorio madrileño, pero sostiene que la experimentación animal es una de las actividades científicas más estrictamente reguladas, y es aún necesaria para el desarrollo de propuestas terapéuticas frente a enfermedades humanas y animales.
Entre la impaciencia y el populismo parecen crecer las voces que pretenden administrar a la población vacunas no autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento. Sería una enorme insensatez, en realidad impensable, echar por la borda todas nuestras garantías.
Un estudio estadounidense concluye que existe una relación entre la fuente escogida de noticias y el conocimiento del coronavirus: los que se informaban en las webs del Gobierno respondían mejor, pero los que elegían a Facebook obtenían una peor puntuación. Los resultados reflejan la importancia del origen de las noticias para diseñar intervenciones de salud pública.
María Climént es especialista en comunicar las evidencias e incertidumbres de manera comprensible. Ante la crisis de Oxford/Astrazeneca, ella y su equipo del Instituto Winton de la Universidad de Cambridge estudian cómo ayudar a sanitarios, instituciones y periodistas en este difícil reto.