La temperatura del agua en el Cantábrico oriental ha aumentado 0,24 ºC por década desde los años '80, un incremento que sube hasta 0,33 ºC en verano. En los últimos 30 años la temperatura del agua ha ascendido casi 1 ºC de media estival, lo que, unido a otros factores derivados del cambio climático, está provocando cambios significativos en la vegetación marina. Así lo ha determinado el estudio publicado en la revista Estuarine, Coastal and Shelf Science.
Hasta hace solo unos años, los fondos someros cantábricos escondían verdaderos bosques de grandes algas pardas conocidas como laminarias. Pero el aumento de la temperatura de las aguas las ha arrastrado al borde de la extinción en estas costas y está acarreando múltiples consecuencias sobre el ecosistema, una situación que preocupa a científicos de toda Europa y que una investigadora de la Universidad de Oviedo ha seguido de cerca durante 20 años.
Los cambios en el clima han obligado a muchas especies a buscar refugio bajo tierra, y se han convertido con el paso de los años en especies subterráneas que ya no podrían sobrevivir en la superficie. Investigadores de la Universidad de Alcalá (UAH) tratar de explicar cómo el cambio climático obliga a ciertos animales a "mudarse".
El frágil ecosistema del Ártico, muy vulnerable al cambio climático, se enfrenta también a la explotación petrolífera y a la pesca industrial. Coincidiendo con el ecuador de la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible Rio+20, la organización ecologista Greenpeace ha presentado hoy la campaña global Salva el Ártico para reivindicar la protección de “la última frontera intacta del planeta”.
Un artículo publicado en Nature, con participación española, alerta del posible cambio irreversible del estado planetario actual por causas de origen humano. Los dos problemas principales son el consumo de combustibles fósiles y la alta tasa de crecimiento de la población mundial.
El calentamiento del planeta podría producir modificaciones tan importantes en las comunidades biológicas de las zonas polares como un cambio de especies dominantes y de las relaciones entre ellas. Así se destaca en un artículo publicado en la Nature Climate Change, realizado en el marco de un proyecto de investigación internacional codirigido por Antonio Camacho, del Instituto Cavanilles de la Universidad de Valencia, en el Parc Científic, y Antonio Quesada, de la Universidad Autónoma de Madrid.
Un equipo de investigación de la Universidad de Salamanca participa en el proyecto de investigación Cenit Demeter junto a decenas de socios, sobre todo empresas vitivinícolas, para estudiar algunas de las consecuencias del cambio climático en la calidad de los vinos tintos. En los últimos tiempos los bodegueros han observado diferencias en distintos componentes de la uva a la hora de madurar que podrían estar relacionadas con este fenómeno climático.
La expansión de los bosques de sabina albar (Juniperus thurifera) depende del uso histórico del territorio. Un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC-CSIC) revela que la colonización de las zonas abandonadas está muy ligada a los usos del suelo previos, lo que afecta a la vulnerabilidad al cambio climático de este proceso.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publica un estudio que afirma la “extinción funcional” de Posidonia oceánica en el mar Mediterráneo a partir del 2050. La previsión de los investigadores se debe al calentamiento del agua superficial de las aguas.
Hasta ahora, la alta y regular pluviometría del País Vasco ha favorecido el cultivo y la alta productividad del pino radiata. Pero esta situación puede llegar a cambiar en los próximos años si, de acuerdo con las predicciones de cambio climático, se produce un aumento en las temperaturas medias y un incremento en la frecuencia e intensidad de los periodos de sequía.