Un equipo internacional de investigadores ha estudiado la distribución de las especies vegetales en ambientes montañosos. El trabajo confirma que las comunidades de plantas montañosas no son tan resistentes frente a las invasiones de plantas exóticas. Los científicos también alertan de que éstas pueden ser más agresivas en un escenario de calentamiento global.
Los ministros de Medio Ambiente de los 27 países de la Unión Europea (UE) reunidos este fin de semana en Sevilla en un Consejo Informal no han logrado su primer objetivo: establecer la reducción de CO2 de la UE en un 30% respecto a los niveles de 1990. El plazo para decidirlo acaba el 31 de enero de 2010.
Desde hoy y hasta el próximo 17 de enero, los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea (UE) celebran en Sevilla un Consejo Informal presidido por Elena Espinosa, ministra española de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM). La reunión se centrará en el desarrollo del acuerdo alcanzado en la pasada Cumbre de Copenhague sobre cambio climático y gobernanza ambiental internacional.
Un equipo internacional de científicos ha analizado la relación entre los objetivos de reducción de emisiones de CO2 para la mitad de siglo y la probabilidad de lograrlos a largo plazo. El estudio que se publica hoy en Proceedings of the Nacional Academy of Science (PNAS) sugiere a los gobiernos deben centrarse en las reducciones para los próximos 40 años para evitar niveles de calentamiento peligrosos.
Científicos estadounidenses han calculado la velocidad a la que las especies animales y vegetales, y sus ecosistemas tendrán que adaptarse al cambio climático durante los próximos 100 años. El estudio, que se publica ahora en Nature, demuestra que los ecosistemas tendrán que trasladarse unos 420 metros al año para adaptarse al ritmo del calentamiento global.
Tras la Cumbre del Clima de Copenhague es hora de análisis y reflexión. Aunque el acuerdo de Copenhague no ha obtenido los resultados esperados, España afronta a partir del 1 de enero 2010 la Presidencia de la Unión Europea, una oportunidad para recuperar la iniciativa y la ambición en la lucha mundial contra el cambio climático. El informe Cambio climático tras Copenhague: prioridades de la Presidencia española de la UE, presentado hoy en el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) repasa las prioridades de los próximos seis meses.
Ente 1990 y 2005, se deforestaron 13 millones de hectáreas anuales en todo el planeta, lo que representa el 17% de las emisiones globales de CO2 al año. Por eso el nuevo acuerdo de Copenhague reconoce el papel crucial del Programa de Reducción de Emisiones causadas por la Deforestación y la Degradación de los bosques (REDD). Stewart Maginnis, director del Grupo de Medio Ambiente y Desarrollo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), desgrana para SINC todo lo queda por hacer.
Todas las esperanzas de científicos, organizaciones sociales, y políticos estaban puestas en el interminable final de la XV Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP-15). Pero el acuerdo de Copenhague, tal y como se esperaba, no ha sido posible. A pesar de ser un progreso por la casi unánime aceptación del acuerdo entre países, el documento no satisface ni a la Unión Europea, más ambiciosa con sus objetivos globales de reducción de emisiones de CO2. Los científicos deberán ser más firmes en expresar que el cambio climático es, sin duda, una realidad.