Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid junto a colegas de la Universidad de Copenhague proponen utilizar la red de huertos urbanos para, además de cultivar hortalizas, controlar la contaminación atmosférica de las ciudades.
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 200 mil personas mueren cada año debido al uso de agroquímicos. El equipo de este investigador argentino, ganador del Premio Unesco-Al Fozan para Jóvenes Científicos de este año, desarrolló una alternativa: una especie de vacuna de ARN para los cultivos que entrena a las plantas para defenderse por sí solas de la infección de patógenos, reemplazando así a los pesticidas sintéticos.
Investigadores del Instituto de Biodiversidad y Medioambiente de la Universidad de Navarra, junto a otros especialistas en gestión de residuos industriales, han colaborado en la formulación de un compuesto que resulta eficiente, sostenible, viable económicamente y de aplicación directa a los suelos afectados por este plaguicida ya prohibido por la Unión Europea.
El agua contaminada con la que se enfriaron los reactores nucleares ha sido tratada para retirarle los residuos radioactivos. La operación de verterla al Pacífico ha recibido críticas dentro y fuera de Japón.
Un equipo internacional, en el que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales, ha confirmado que el 91,7 % de los nidos analizados de águilas pescadoras, Pandion haliaetus, contienen residuos antropogénicos.
Más de 30 000 nidos de 176 especies de aves de todo el planeta contienen residuos antrópicos, según ha identificado un estudio liderado por la Universidad de Granada. El trabajo trata de analizar las causas de este fenómeno, entre las que se encuentra la posibilidad de que utilicen materiales no naturales para alardear de su capacidad reproductiva.
Un análisis de más de 200.000 muertes por ataque del corazón en China ha encontrado que la combinación de temperaturas extremas y altos niveles de polución por partículas finas dispara el riesgo cardiovascular, especialmente, en mujeres y adultos mayores.
Un estudio con participación española ha encontrado residuos plásticos en ecosistemas de agua dulce donde el impacto del ser humano es pequeño. El trabajo recoge muestras de 38 lagos de 23 países de todo el planeta.
El principio de una nueva era geológica ha quedado registrado en los sedimentos contaminados del fondo del lago Crawford, situado en una zona protegida el sur de Ontario, en Canadá. Así lo ha asegurado un grupo de geólogos en una conferencia celebrada en Francia.
Un estudio con participación española, liderado por BirdLife International, señala al mar Mediterráneo y al mar Negro como las zonas del planeta en las que los petreles y las pardelas, uno de los grupos de aves marinas más amenazados, se enfrentan a un mayor riesgo de ingerir plásticos. Los resultados ponen de relieve la necesidad de mejorar la cooperación mundial para frenar este grave tipo de contaminación, cada vez más abundante.