Nos hemos quedado sin tiempo para propuestas ante la crisis climática, se necesita pasar a la acción de forma inmediata. Lo que ocurra en esta Cumbre del Clima de Glasgow (COP26) marcará el devenir de nuestro futuro. Para Pep Canadell, director del Global Carbon Projet, los compromisos deben fijarse ya para 2030, porque 2050 está demasiado lejos y “la mitad de los políticos que dicen que los van a cumplir estarán muertos”.
Escuchemos a los representantes políticos en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP26. Elevando apenas un poco más de lo habitual su tono de voz, nos recuerdan los millones de fallecidos en el último año por el cambio climático y las graves amenazas en forma de incendios, sequías, inundaciones, tormentas y huracanes a las que nos enfrentamos.
El incremento en los niveles de CO2 pone en peligro la consecución de los objetivos del Acuerdo de París para limitar la subida global de las temperaturas, con el fin de frenar la crisis climática. La Organización Meteorológica Mundial, a través de su último boletín, manda un mensaje científico contundente a los negociadores en la materia que participarán en la COP26.
Las regiones árticas y subárticas, las más afectadas por la subida de las temperaturas, tienen las mayores reservas de carbono terrestre. Estas zonas se están calentando a un ritmo aproximadamente dos veces superior a la media mundial.
La pandemia es una oportunidad para que los gobiernos se replanteen el modelo económico y de producción que ha desencadenado una crisis climática. Sin embargo, el G20 sigue destinando un 60 % más a actividades de combustibles fósiles que a inversiones sostenibles. “Vemos el problema a medio y largo plazo, por eso no actuamos como lo hemos hecho con la covid, pero los efectos pueden ser mucho peores.”, asegura Peñuelas, investigador del CSIC.
Los modelos climáticos actuales incluían una hipótesis que indicaba que la biomasa de las plantas y el carbono del suelo aumentarían de forma conjunta a lo largo de este siglo. Ahora, un estudio publicado en Nature asegura que no es así, por lo que plantas y suelo no podrán absorber a la vez más CO2, con consecuencias climáticas.
En un momento tan necesario como el actual, investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia han desarrollado un sistema que, utilizando aire como refrigerante y alimentación eléctrica, mantiene la cadena del frío de las vacunas a temperaturas de hasta -200 ºC. Se puede aplicar en todo tipo de cámaras, desde las pequeñas enchufadas al mechero de una furgoneta hasta los grandes contenedores de barcos y camiones.
Un nuevo estudio revela que el efecto fertilizante que tenía el exceso de CO2 sobre la vegetación está disminuyendo en todo el mundo. La falta de agua y nutrientes puede provocar que los niveles de carbono en la atmósfera suban, que aumenten las temperaturas y que haya cambios en el clima cada vez más graves.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia han ideado un motor para camiones que aúna la tecnología híbrida con la dual diésel-gasolina. De esta forma se reducen un 92 % las emisiones de óxidos de nitrógeno, un 88 % las de hollín y un 15 % las de CO2, respecto al motor diésel, adelantándose así a la exigente normativa anticontaminación europea para 2025.