Investigadores del Centro de Astrobiología y el Instituto de Ciencias de Materiales de Madrid han diseñado una cámara de vacío para probar los instrumentos meteorológicos que viajarán en las próximas misiones a Marte. Uno de ellos es el medidor de presión y temperatura de la misión Insight de la NASA, que a partir de 2016 analizará el interior del planeta rojo.
Ilustración del gran océano de Europa y su gélida corteza, por la que puede ascender un criomagma. / NASA/JPL-Caltech
El agua, las sales y los gases disueltos en el gran océano que se supone hay bajo la gélida corteza de Europa pueden ascender hacia la superficie y generar las enigmáticas formaciones geológicas teñidas de rojo que se observan en este satélite de Júpiter. Así lo confirma el experimento que investigadoras del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) han efectuado en el laboratorio con agua, dióxido de carbono y sulfato de magnesio.
Un grupo de científicos liderados desde el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) y el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (CSIC) ha descubierto un nuevo mecanismo para aclarar la presencia de hidrocarburos policíclicos aromáticos, conocidos como PAH, en el medio estelar. Para realizar la investigación se han combinando observaciones astronómicas y técnicas avanzadas de nanotecnología.
Los sedimentos examinados por el rover Curiosity en el cráter marciano Gale indican que hace más de 3.000 millones de años hubo un lago con elementos biológicos clave como carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno que proporcionarían las condiciones idóneas para la vida microbiana. Las investigaciones, en las que han participado científicos españoles, se publican hoy en la revista Science.
Simulación bajo el agua de misiones espaciales. / MOONWALK
Después de realizar dos perforaciones en las entrañas de Río Tinto en 2011 y dejar pasar un año para que se asentaran, ingenieros y científicos del Centro de Astrobiología (INTA–CSIC) han colocado esta semana sensores en los pozos. El objetivo es monitorizar en tiempo real todos los parámetros fisicoquímicos de las perforaciones y la transmisión de la actividad metabólica del subsuelo por control remoto. Comienza así la segunda fase del proyecto Iberian Pyritic Belt Subsurface Life Detection, IPBSL.
Investigadores del Centro de Astrobiología y otros dos centros internacionales han desarrollado un nuevo método para estimar la dirección del impacto de objetos en los cráteres, como los de la Tierra o Marte. El estudio se ha publicado en la revista Meteoritics & Planetary Science.
A dos metros bajo tierra en el desierto de Atacama existe un “oasis” de microorganismos. Investigadores del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) y de la Universidad Católica del Norte, en Chile, lo han encontrado en sustratos hipersalinos gracias a SOLID, un detector de signos de vida que se podría utilizar en ambientes parecidos del subsuelo de Marte.
Investigadores del Centro de Astrobiología (CAB, INTA-CSIC) han identificado 30 nuevos genes en microorganismos de río Tinto (Huelva), un entorno muy ácido y con metales pesados. El hallazgo podría ser de interés en procesos de descontaminación, industriales o en biominería. Científicos del CAB también han partido esta semana para estudiar microorganismos en otro ambiente extremo de la Tierra: la Antártida.