Un estudio, liderado por la Universidad Complutense de Madrid, revela el potencial tumorigénico de los productos liberados por las larvas de este parasito. La investigación, llevada a cabo con 92 pacientes, facilitará la identificación de la enfermedad y permite generar nuevos métodos de prevención.
Cuando un gen está mutado y presenta un número alterado de copias es más probable que contribuya al desarrollo del cáncer, según una investigación del IRB Barcelona, donde también se plantea el uso de genes supresores de tumores para la terapia del cáncer, aunque tradicionalmente no se contemplara.
Esta doctora en Química malagueña trabaja en la búsqueda de nanomateriales con nuevas propiedades que puedan ser usados en el futuro en terapias oncológicas. Recientemente su proyecto ha sido galardonado por el programa L’Oréal-UNESCO For Women in Science.
Añadir un antiinflamatorio al tratamiento con inhibidores de puntos de control inmunitarios mejora la respuesta antitumoral en pacientes con cáncer de pulmón avanzado, según los resultados de un pequeño estudio clínico llevado a cabo por investigadores de EE UU.
La nueva investigación muestra una mayor tasa de mortalidad y complicaciones graves en personas con algún tipo de tumor que no reciben vacunas. Los datos indican un menor desarrollo de anticuerpos protectores en los enfermos en comparación con la población general, lo que indica la necesidad de defender a esta población vulnerable.
Estos diminutos autómatas, desarrollados por un equipo de la Universidad de California, han demostrado su eficacia en ratones. Lograron frenar el crecimiento y la propagación de los tumores en los órganos respiratorios, lo cual aumentó la tasa de supervivencia de los animales, según los autores.
Con organoides de tumores creados a partir de células de pacientes, investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) han demostrado la capacidad de las células madre de cáncer colorrectal para cambiar sus propiedades mecánicas, lo que facilita el proceso metastásico. El avance podría contribuir al desarrollo de nuevas estrategias para tratar de evitarlo.
Investigadores españoles han empleado herramientas de edición genética, biología molecular y bioinformática para estudiar el genoma de las células tumorales. Esos genes se convierten en diana a la que dirigir los tratamientos.
Un estudio sobre miles de tumores mamarios ha descubierto que las secuencias genéticas hereditarias son potentes predictores de la enfermedad y de su mortalidad. La nueva información podría ayudar a abordar la dolencia en etapas tempranas.
Investigadores españoles han observado que las células responsables de que este tumor invada otros órganos se camuflan entre las del sistema inmunitario al usar una de sus propias proteínas de defensa. Esta es una de las razones por las que la inmunoterapia no es efectiva en esta enfermedad.