Entre los avances más importantes de este año de pandemia se encuentran desde la esperanza que han traído las vacunas contra la covid-19, hasta las voces que demandan y aplauden la diversidad racial en la academia, pasando por la inteligencia de las aves y la pintura figurativa más antigua del mundo.
Científicos de las universidades de Granada y Jaén estudian las evidencias físicas encontradas en la momia de una mujer que sufrió un traumatismo grave en la pelvis en el año 1878-1797 a.C., relacionándolas con el tratamiento médico descrito en varios papiros médicos egipcios de la época.
Investigadores de la Universidad de Granada y el Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social de Tarragona logran reconstruir la evolución del hábitat y del clima en el que desarrollaron sus vidas los primeros grupos humanos que habitaron en Orce (Granada), los más antiguos del continente europeo.
Un equipo de arqueólogos ha descubierto en México la estructura monumental más antigua y grande construida por la civilización maya hasta la fecha. Los arqueólogos han usado una tecnología que emite pulsos láser desde un avión para describirla.
Un estudio de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona ha simulado las expansiones culturales desde la Amazonia durante el Neolítico. El trabajo muestra que estos movimientos podrían haber surgido de procesos demográficos similares a los que se produjeron en Eurasia, algo que, hasta ahora, se ponía en duda.
La fabricación sistemática de cráneos copa fue un ritual que se extendió desde finales del Paleolítico, hace 20.000 años, a la edad del Bronce, hace unos 4.000 años. Así lo revela el estudio de las marcas de carnicería sobre fósiles de Atapuerca y de otros yacimientos europeos. La extracción del cuero cabelludo y de la carne fue meticulosa y destinada a limpiar esta parte del cuerpo con el fin de elaborar cuencos.
Los últimos estudios sobre los yacimientos de Orce, en Granada, desvelan que los primeros pobladores del continente europeo, hace 1,4 millones años, desarrollaron técnicas innovadoras que no se volvieron a utilizar hasta 400.000 años después. En concreto, unas piedras talladas, 'futuristas' para la época, denominadas esferoides.
Este prehistoriador es un enamorado de su trabajo. “En cada uno de mis proyectos he puesto la vida entera, es mi forma de ser”, reconoce. Esto le ha llevado a catar la cerveza más antigua de Europa o a describir a las sociedades neolíticas más tempranas. Ahora inicia una campaña de micromecenazgo para poder completar sus trabajos de campo.