Investigadores del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos han utilizado la luz del Sincrotrón ALBA para desarrollar nuevos sistemas de empaquetado con biopolímeros, una solución ecológica para la industria alimentaria. En concreto, han comprobado que la microalga espirulina es una alternativa prometedora para reemplazar parte del almidón de maíz de algunos biopolímeros.
Las poblaciones de gorgonias y otros organismos bentónicos del Parque Natural del Cap de Creus y el Parque Natural del Montgrí han sufrido una alta mortalidad durante 2017 a consecuencia de la proliferación de algas filamentosas en el litoral catalán. Este fenómeno podría ser el resultado de las altas temperaturas durante la primavera y el verano de aquel año y la elevada concentración de nutrientes en el medio, según apunta el informe sobre el seguimiento del medio marino en estos parques catalanes.
Una investigación dirigida por la Universidad Nacional Australiana ha resuelto el misterio de cómo los primeros animales aparecieron en la Tierra, un momento crucial para el planeta sin el cual los seres humanos no existirían. La clave está en la rápida propagación de las algas en los océanos.
Las algas son susceptibles a cualquier cambio en sus ecosistemas acuáticos, y los contaminantes pueden suponer desequilibrar sus poblaciones. Científicos de la Universidad Autónoma de Madrid y la de A Coruña han analizado los efectos tóxicos de un compuesto antimicrobiano presente en muchos productos cosméticos de uso diario. Los resultados demuestran cómo este desinfectante afecta significativamente a las algas.
Investigadores de la Universidad de Málaga han elaborado compuestos sintéticos que producen algunos organismos para protegerse del sol. La moléculas tienen una alta capacidad fotoprotectora y aportan más estabilidad que las incluidas en las cremas solares comerciales conocidas.
Los ecosistemas acuáticos cercanos a zonas densamente pobladas de todo el mundo presentan valores muy altos de fósforo y descompensados entre nitrógeno y fósforo. Esto altera el funcionamiento de los ecosistemas, dificulta la conservación y reduce la calidad del agua, según un estudio en el que ha colaborado el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales.
El próximo 12 de marzo tres investigadores de la Universidad de Málaga emprenderán una nueva aventura. Inician una expedición al Ártico para acercarse al comportamiento de las algas en los ecosistemas polares, así como para analizar el efecto del cambio climático en estas plantas. Para su estudio cuentan con un laboratorio de cultivo único en España.
Gracias al Sincrotrón ALBA se han obtenido, por primera vez, datos de la distribución espacial de calcio en los cocolitóforos, una especie de algas muy abundante en el fondo de los océanos. Conocer este proceso puede ayudar a predecir los efectos del cambio climático.