El sarampión regresa: causas del repunte y cómo frenarlo

La caída en las tasas de vacunación, el aumento de la desinformación y las interrupciones en los programas de inmunización han dejado a millones de niños desprotegidos. Expertos advierten que, si no se actúa con urgencia, podrían volver brotes de una enfermedad que se creía controlada.

aumentan los casos de sarampión
El sarampión es uno de los cinco exantemas clásicos de la infancia, es decir, las típicas enfermedades de los niños que cursan con erupciones o granitos en la piel y fiebre. / Adobe Stock

El Departamento de Salud del Estado de Texas (EE UU) ha informado sobre la primera muerte por sarampión de un niño en edad escolar que no estaba vacunado. Desde finales de enero se han confirmado 124 casos de esta enfermedad, la mayoría en niños.

El brote de Texas es un ejemplo de lo que está ocurriendo en el mundo desde hace unos años: el número de casos de sarampión crece. Se estima que solo en 2023 hubo 10,3 millones en todo el mundo, lo que supuso una subida del 20 % con respecto a 2022. Se calcula que en 2023 murieron a causa de esta enfermedad más de 100 000 personas, en su mayoría niños menores de 5 años.

En 2023 hubo 10,3 millones en todo el mundo, lo que supuso una subida del 20 % con respecto a 2022. Se calcula que en 2023 murieron a causa del sarampión más de 100 000 personas, en su mayoría niños menores de 5 años

Europa también registra un incremento, siendo Rumanía el país más afectado, con más del 80 % de los diagnósticos. En España, pese a estar en situación oficial de eliminación del sarampión desde 2016, se ha comunicado un aumento de casos y brotes desde 2023. Además, se ha identificado transmisión de la enfermedad en el ámbito sanitario.

Una máquina de infectar

El sarampión está causado por un virus del género Morbillivirus, familia Paramyxoviridae, que se encuentra en todo el mundo. Junto con la rubéola, la roseóla, el eritema infeccioso y la varicela, es uno de los cinco exantemas clásicos de la infancia, es decir, las típicas enfermedades de los niños que cursan con erupciones o granitos en la piel y fiebre.

El ser humano es el único hospedador de este virus, que es muy poco variable, por lo que la inmunidad que causa dura toda la vida y, generalmente, solo se pasa una vez.

El ser humano es el único hospedador de este virus, que es muy poco variable, por lo que la inmunidad que causa dura toda la vida y, generalmente, solo se pasa una vez

El agente patógeno del sarampión es uno de los de mayor capacidad de transmisión que existe. Por ejemplo, resulta 10 veces más contagioso que el SARS-CoV-2, lo que se explica por varias razones:

  • La dosis infectiva es muy baja, o lo que es lo mismo, no hay que estar expuesto a una gran cantidad de virus para infectarse.
  • Por el contrario, la cantidad de virus que expulsa una persona infectada es muy alta. La combinación de estos dos factores son lo mejor para el virus… y lo peor para nosotros.
  • Se transmite por vía aérea. Una persona con sarampión contagia el virus al respirar, toser o hablar, y este puede permanecer en el aire durante un cierto tiempo. Se ha calculado que un niño que entre en una habitación (una guardería, por ejemplo) dos horas después de que lo haya hecho otro niño con sarampión, podría quedar infectado.
  • Una persona con sarampión puede ser contagiosa durante unos ocho días, incluso antes de que se manifieste la enfermedad. Antes de enterarnos de que la tenemos, ya la estamos contagiando a otros sin que nadie se dé cuenta. Además, como gracias a las vacunas los casos han disminuido tanto, el personal sanitario más joven no está acostumbrado a reconocerlo y se puede retrasar el diagnóstico, con lo cual el enfermo puede seguir extendiendo el virus.

El primer signo suele ser la fiebre alta, que comienza entre unos 10 y 12 días después de la exposición al virus y se prolonga de 4 a 7 días.

En la fase inicial, el paciente puede presentar mocos, tos, ojos llorosos y rojos, y pequeñas manchas blancas en la cara interna de las mejillas. Al cabo de varios días aparece un exantema, generalmente en el rostro y la parte superior del cuello, que se extiende y acaba por afectar a las manos y pies. Dura entre 5 y 6 días, y luego se desvanece.

Un virus que resetea el sistema inmunitario

La mayoría de las muertes se deben a complicaciones del sarampión, que son más frecuentes en menores de 5 años y adultos de más de 30. Las más graves son la ceguera, la encefalitis, la diarrea grave –que puede provocar deshidratación–, las infecciones del oído y las infecciones respiratorias graves, como la neumonía.

La mayoría de las muertes ocurren por complicaciones, como encefalitis, neumonía o diarrea grave, que afectan sobre todo a menores de 5 años y adultos mayores de 30.

Los cuadros graves son especialmente frecuentes en niños pequeños malnutridos o si su sistema inmunitario se encuentra debilitado por otras enfermedades, en cuyo caso la cifra de muertes puede alcanzar el 30 %. La infección también puede provocar complicaciones graves en las mujeres embarazadas, e incluso ser causa de aborto o parto prematuro. No obstante, quienes se recuperan se vuelven inmunes de por vida.

Por otra parte, la infección provoca una pérdida de las células memoria del sistema inmunitario, lo que resulta en una especie de amnesia inmune contra otros patógenos. Esta “limpieza” de la memoria inmunológica es la responsable de que aumente la susceptibilidad a los patógenos oportunistas. Puede durar desde unas semanas hasta meses, y es la razón de que la mortalidad por sarampión esté causada típicamente por infecciones secundarias debidas a otros patógenos del tracto respiratorio o digestivo.

Las vacunas funcionan

No existe un tratamiento específico y la única medida de prevención es la vacuna, con cepas atenuadas del virus y que se administra en combinación con la de las paperas y la rubéola: la triple vírica sarampión/paperas/rubéola.

Se administra en dos dosis en el calendario común de vacunación infantil: a los 12 meses de edad y entre los 3-4 años. La eficacia para prevenir la enfermedad es del 93 % con una dosis, alcanzando casi el 100 % cuando se administra la segunda. Confiere protección durante toda la vida.

La vacuna infantil se administra en dos dosis, a los 12 meses y entre los 3-4 años. Su eficacia pasa del 93 % con una dosis a casi el 100 % con la segunda, brindando protección de por vida.

Se estima que entre 2000 y 2015, la vacuna evitó más de 20 millones de muertes en todo el mundo, lo que la convierte en una de las mejores inversiones en salud pública. Para poder controlar y erradicar la enfermedad es fundamental que la cobertura vacunal sea al menos del 95 %, es decir, que el 95 % de la población haya sido inmunizada con las dos dosis. El objetivo mundial es poder eliminar la enfermedad para el 2030.

¿Por qué aumentan los casos?

Si tenemos una buena vacuna que es eficaz, segura y gratuita, ¿por qué aumentan los casos de sarampión a escala global?, ¿es culpa de los antivacunas?, ¿son todos casos importados?, ¿ha dejado de funcionar la vacuna? Probablemente no haya una única causa y la respuesta va a depender del contexto.

En efecto, a veces puede ser por una actitud de rechazo a las vacunas. No sabemos por qué estaba sin vacunar el niño en edad escolar que ha fallecido por sarampión en Texas. La mayoría de los casos en niños son por no vacunarsey si se rechazan las inmunizaciones aumenta el sarampión.

Quizá sufría alguna otra enfermedad inmunosupresora y entonces no era recomendable la vacunación, o quizá sus padres eran contrarios a las vacunas. En cualquier caso, la inmunización contra el sarampión es un excelente ejemplo de lo que conocemos como efecto rebaño: estar rodeado de personas vacunadas es la mejor manera de prevenir la enfermedad en personas vulnerables que no se puedan vacunar.

Estar rodeado de personas vacunadas es la mejor manera de prevenir la enfermedad en personas vulnerables que no se puedan vacunar

Como la vacuna es casi infalible después de la segunda dosis, los casos de sarampión en niños vacunados menores de 3-4 años pueden deberse a que no hayan alcanzado la máxima protección: o son menores de 12 meses y todavía no se les ha vacunado o aún no han recibido esa segunda dosis.

En lo que se refiere a los adultos, hay un grupo de edad más susceptible a padecer el sarampión: los nacidos entre 1971 y 1981, ya que en la década de los 70 se empleó una vacuna de una sola dosis que no protegía totalmente. La vacunación con dos dosis comenzó en España de forma sistemática en 1981. Se supone, por tanto, que los nacidos a partir de ese año estarían correctamente inmunizados, a no ser que les falte la segunda dosis.

¿Y qué pasa con los más mayores, lo que nacieron antes de 1970? Probablemente, la mayoría pasaron el sarampión de pequeños. Entonces no se vacunaba, el virus circulaba libremente y, como hemos dicho, esta enfermedad es muy transmisible y haberla pasado inmuniza. Por eso, los casos en personas mayores de 55 años son muy raros.

Por último, otro factor que influye en el aumento de la enfermedad son los casos importados. En Rumanía y en Marruecos, con coberturas vacunales más bajas, tienen ahora epidemias activas y existe un flujo importante de personas. Como el virus es tan contagioso, estas personas pueden generar fácilmente casos secundarios si llegan a individuos susceptibles: menores de 3-4 años sin las dos dosis y personas no vacunadas o sin inmunidad natural.

En Rumanía y en Marruecos, con coberturas vacunales más bajas, tienen ahora epidemias activas y existe un flujo importante de personas

Los lugares donde la transmisibilidad y la vulnerabilidad son mayores (sitios cerrados, guarderías con niños pequeños, centros sanitarios donde acuden enfermos) son donde más fácilmente pueden registrarse brotes. Esto explicaría el aumento de infecciones en personal sanitario (adultos entre 45-55 años) en España durante el último año.

La situación en España no es alarmante

El riesgo de infección en la población general en España se considera bajo debido a las elevadas coberturas de vacunación en España (del 97,2 % con una dosis y del 93,9 % con dos dosis). Sin embargo, mientras continúe la situación de alta incidencia en algunos países de nuestro entorno, es esperable que continúen apareciendo casos y brotes en población sin inmunidad frente a la enfermedad.

La vacunación y la identificación precoz de los casos sospechosos, con especial vigilancia a las franjas de edad entre 1971-1981 o de la población susceptible, son fundamentales para poder llegar al objetivo de erradicar el sarampión, y se conseguirá gracias a las vacunas.

Ignacio López-Goñi es catedrático de Microbiología. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología (SEM), Universidad de Navarra. La versión original de este artículo fue publicada en el blog del autor, microBIO y en The Conversation.  

Fuente: The Conversation
Derechos: Creative Commons.
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