Mientras gobiernos, organizaciones y ciudadanía se esfuerzan en controlar la pandemia, las teorías conspiranoicas se vuelven virales atizadas por celebridades como el cantante Miguel Bosé, que responsabiliza a la telefonía 5G a la vez que arremete contra las vacunas en desarrollo. En contrapeso, se multiplican las iniciativas de periodistas, científicos e internautas para aplanar la curva de la desinformación.
Los movimientos contra la vacunación en Facebook son más influyentes que los grupos a favor, según un nuevo estudio que ha examinado las interacciones de casi 100 millones de personas en sus páginas. Los autores alertan del peligro que esto supone contra el nuevo coronavirus.
La semana pasada, en A Coruña, se anunciaron varias charlas impartidas por activistas del movimiento antivacunas en una feria de productos ecológicos y consumo responsable. El debate público hizo reaccionar al Ayuntamiento, que consiguió que la organización cancelase las conferencias. ¿Deberían considerarse estas actividades como un delito contra la salud pública?
La red social del pajarito amplifica mensajes influyentes a favor de la vacunación infantil, como los de Bill Gates y Shakira; pero también se convierte en altavoz de las comunidades escépticas a la inmunización. Una investigación de centros españoles y británicos revela que, aunque los grupos que tuitean contra las vacunas son pocos y mal conectados, pueden hacer mucho daño.
Niño infectado con sarampión. / Fotolia
Niño infectado con sarampión. / Fotolia
Un análisis de 500 sitios 'on line' de colectivos antivacunas revela que más de dos tercios usan falsas evidencias científicas para convencer de que las vacunas son peligrosas. Estas páginas también promueven comportamientos considerados "positivos", como la alimentación saludable y la lactancia materna, mezclados con “una considerable cantidad de desinformación y pseudociencia”.