La tortuga boba puede aprender y recordar la firma magnética de una zona y realiza una ‘danza’ cuando se encuentra en un lugar que asocia con comida. La investigación, publicada esta semana en la revista Nature, presenta cómo las especies migratorias navegan utilizando el campo magnético de la Tierra.
Las tortugas boba (Caretta caretta) se orientan por las referencias magnéticas que varían en la superficie de la Tierra. Ahora, un nuevo estudio publicado en Nature revela que poseen una habilidad sorprendente para aprender y recordar dichas firmas magnéticas de áreas específicas. Esta investigación arroja luz sobre los mecanismos que utilizan las especies migratorias para navegar.
Los científicos de la Universidad Texas A&M (EE UU) descubrieron que las tortugas jóvenes pueden distinguir entre diferentes campos magnéticos y asociarlos con la presencia de alimento. Lo más llamativo es que cuando se encuentran en un área magnética que relacionan con la alimentación, las tortugas realizan un peculiar ‘baile’ de anticipación.
El equipo, liderado por Kayla Goforth, llevó a cabo experimentos con tortugas juveniles en tanques donde recrearon firmas magnéticas de ubicaciones geográficas específicas. Estas pasaron el mismo tiempo en dos campos magnéticos diferentes, pero solo fueron alimentadas en uno de ellos. Esta metodología permitió a los expertos observar cómo los ejemplares aprendían a distinguir entre los campos magnéticos, creando un ‘mapa magnético’ interno.
Uno de los hallazgos más significativos es que este sentido utiliza un mecanismo separado de la ‘brújula’ magnética de las tortugas. Esto sugiere que estos reptiles marinos poseen dos sentidos geomagnéticos distintos para facilitar su navegación.
Estos descubrimientos tienen implicaciones importantes para la comprensión de cómo las especies migratorias, como las tortugas bobas, utilizan el campo geomagnético como un mapa durante sus largas travesías oceánicas.
Los autores plantean la posibilidad de que estas dos herramientas distintas de magnetorrecepción también puedan estar presentes en la mayoría de las especies de vertebrados, aunque se necesita más investigación para determinar los detalles de estos mecanismos.
Este avance no solo amplía nuestro conocimiento sobre la navegación de las tortugas marinas, sino que también abre nuevas vías de investigación en el campo de la orientación animal y la migración de larga distancia.
Referencia:
Kayla M. Goforth et al.: ‘Learned magnetic map cues and two mechanisms of magnetoreception in turtles’. Nature (2025)