La historia temprana de los dinosaurios continúa sin aclararse del todo debido a un registro fósil muy limitado en el tiempo y el espacio. Científicos de Argentina, Brasil y EE UU han datado –con un sistema radioisotópico de alta precisión– las secuencias del estrato terrestre que marcan la frontera entre el origen de los dinosaurios y sus predecesores, hasta determinar que los primeros aparecieron relativamente pronto después de sus parientes más cercanos.
Optimizar el diagnóstico y la clasificación de los pacientes con miocardiopatías hereditarias. Ese es el objetivo de un nuevo estudio, liderado por investigadores del CNIC, que demuestra el papel crucial de la vía de señalización NOTCH en el desarrollo de un elemento fundamental del corazón, las cámaras ventriculares. Los resultados se publican esta semana en Nature Cell Biology.
Mientras que los políticos se esfuerzan en llegar a un acuerdo que limite el aumento de las temperaturas en 2 ºC para finales del siglo, un grupo de científicos ha publicado varios artículos de opinión en el grupo Nature en el que ponen en duda que ese sea el objetivo para evitar los peligros asociados al cambio climático. Coinciden con ellos los investigadores que acuden esta semana a la COP21 en París.
Tras una primera semana intensa de negociaciones y alianzas económicas, el acuerdo universal y vinculante parece materializarse. Hoy empiezan las reuniones de alto nivel con los ministros de medio ambiente de las 196 partes que participan en la COP21 y que trabajarán a lo largo de esta semana con el borrador presentado el sábado. Aún con el miedo al fracaso que ensombreció la cumbre de Copenhague en 2009, las delegaciones y los ecologistas se muestran optimistas: un acuerdo parece posible.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid estudian las posibilidades de la producción de energía mediante energía solar desde una perspectiva novedosa en busca de la rentabilidad de las instalaciones sin subvenciones.
Un estudio de la Universitat de València ha demostrado que las placas solares fotovoltaicas, más allá de un elemento físico que acumula microorganismos del aire o del polvo, también pueden alojar comunidades microbianas ricas, activas y adaptadas, con una gran variedad de bacterias y hongos. El Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva ha constatado la alta resistencia de algunas bacterias y su capacidad de adaptarse y colonizar entornos extremos.