Tras una primera semana intensa de negociaciones y alianzas económicas, el acuerdo universal y vinculante parece materializarse. Hoy empiezan las reuniones de alto nivel con los ministros de medio ambiente de las 196 partes que participan en la COP21 y que trabajarán a lo largo de esta semana con el borrador presentado el sábado. Aún con el miedo al fracaso que ensombreció la cumbre de Copenhague en 2009, las delegaciones y los ecologistas se muestran optimistas: un acuerdo parece posible.
Entre las delegaciones de los 195 países y la Unión Europea que asisten a la COP21 hasta el viernes 11 de diciembre –día que se aprobarán el acuerdo si las negociaciones no se alargan–, el ambiente es optimista y las reuniones avanzan a buen ritmo.
Borrador en mano, los ministros de medio ambiente de todos los países debaten desde hoy los diferentes puntos del acuerdo. El aspecto más controvertido siguen siendo la financiación a largo plazo y el abandono del uso de combustibles fósiles hacia las energías renovables. Pero Francia, organizadora del evento junto a Naciones Unidas, tiene claro que el acuerdo debe obligar a los países a no superar el aumento de temperaturas de 2 ºC.
“Hace una semana los dirigentes de 150 países se comprometieron a hacerlo todo para llegar a un acuerdo mundial sólido, necesario para superar el desafío”, ha anunciado esta mañana Laurient Fabius, presidente de la COP21 en la sesión inaugural de esta segunda semana.
Ahora, el futuro del acuerdo está en manos de los ministros. “La semana pasada más de medio millón de personas salieron a las calles de todas las ciudades del mundo. El Papa Francisco y muchos otros líderes religiosos han hablado del imperativo moral de actuar. Todos tenemos la obligación de oír sus voces. Esto es lo que esperan de nosotros los habitantes del planeta”, ha añadido Fabius en su discurso.
Los ministros presentarán a lo largo de la semana la versión final del acuerdo de París. Pero aunque el texto parece claro en cuanto a las opciones después de una semana de negociaciones, está lejos de ser ambicioso, según señalan las organizaciones ecologistas.
Laurent Fabius, presidente de la COP21 muestra el primer borrador del acuerdo. / UNFCC
Rechazo ante un acuerdo de mínimos
Tras las últimas cumbres del clima en las que el resultado final fue un acuerdo de mínimos y metas poco ambiciosas, las organizaciones ecologistas muestran un optimismo con bastante prudencia.
Martin Kaiser, jefe de Negociaciones Climáticas Internacionales de Greenpeace dice: “Los enemigos de un acuerdo aceptable saben que tienen esta semana para eliminar del texto las palabras que reflejan un compromiso global para alcanzar una descarbonización completa, además saben que ese compromiso pone al mundo en el camino hacia un 100% de energías renovables para mediados de siglo”.
La organización ecologista recuerda que por el momento no hay garantía de que se vaya a alcanzar ni siquiera un acuerdo “decente”. “Aún queda una larga y dura semana de negociaciones clave para el futuro del planeta”, añade Kaiser.
“Los ministros pueden elegir: o lideran de manera significativa las limitaciones de los objetivos climáticos actuales, o llegan a un acuerdo que pone al mundo en el camino hacia los catastróficos 3 ºC”, ha destacado Wendel Trio, director de Climate Action Network Europe.
Los países son conscientes de que el objetivo de limitar el aumento de la temperatura a 2 ºC es el objetivo mínimo. “Tenemos que tener la ambición de ir más allá”, ha explicado Fabius. Para ello, el acuerdo deberá prever ciclos de cinco años a partir de 2020, “para que los estados reexaminen sus compromisos y los refuercen en función de los datos científicos disponibles”, ha apuntado el ministro de asuntos exteriores francés.
Por su parte, el Papa Francisco volvió a recordar ayer la pregunta que incluyó en su encíclica medioambiental “¿Qué tipo de mundo queremos dejarles a los que vienen detrás de nosotros, a los niños que están creciendo?”. El pontífice dice estar siguiendo de cerca las conversaciones de la COP21 donde espera se hagan todos los esfuerzos “para mitigar los efectos del cambio climático y, al mismo tiempo, abordar la pobreza y permitir a la dignidad humana florecer”.
El presidente de Francia, François Hollande, también advirtió durante la jornada dedicada al ‘Día de Acción’ en la COP21, el pasado sábado, que un acuerdo global de reducción de emisiones con objetivos mínimos supone un gran riesgo para el planeta y que podrían incrementarse las catástrofes naturales provocadas por el cambio climático en todo el mundo.
Dirigiéndose a los ministros de las 196 partes, Fabius ha dicho: “Esta semana tendréis la oportunidad de contribuir a eliminar la pobreza, a desarrollar las energías limpias, y a crear empleo, abrir perspectivas y hacer renacer la esperanza para el mañana”.