En el desierto de Atacama, uno de los lugares más áridos del mundo, la niebla se constituye como un recurso hídrico de creciente importancia. Varios proyectos de investigación en Chile avanzan resultados prometedores desde los remotos ‘oasis de niebla’.
Ya no llueve en los olvidados montes del norte del Sáhara. El agua se ha convertido en un bien tan inaccesible que se necesitan varias horas a pie para recogerla. Pero a las bereberes de esta región del sur de Marruecos aún les queda la niebla, que han aprendido a ‘cosechar’ gracias a la antropóloga marroquí Jamila Bargach y a la geógrafa canaria María Victoria Marzol. Juntas han instalado un sistema de mallas que captura y filtra agua de las nubes para que estas aldeas no vuelvan a pasar sed.
Un grupo de investigación de la Universidad de Huelva diseñará cartas arqueológicas de asentamientos romanos de las localidades de Aroche, Huelva y Niebla- para que las administarciones gestionen este rico patrimonio histórico y analicen su estado de conservación y posibles soluciones de protección.