Científicos del Instituto de Biología y Genética Molecular de Valladolid han empleado una herramienta que han patentado, un vector adaptado a realizar ensayos funcionales de ‘splicing’, para demostrar la relación que existe entre 40 variantes de ADN y el cáncer de mama hereditario. El trabajo se publica en la revista científica Human Mutation.
Investigadores de la Universidad de California en Riverside han creado una lámina en la que se puede escribir mediante colorantes redox, muy corrientes en los laboratorios, y luz ultravioleta. Después, calentando el material, se vuelve a conseguir una ‘hoja en blanco’. La tecnología puede ayudar a ahorrar tinta y papel.
Como la mayor parte de los estudios científicos se llevan a cabo en EE UU y Europa, poco se piensa en la ciencia de los países más pobres. Un proyecto de la Fundación Mujeres por África ayuda a las líderes científicas de este continente a dar a conocer su trabajo y a ampliar su formación con becas en grandes centros españoles.
En la ciudad que nunca duerme es fácil pasar por alto a pequeños seres vivos como los insectos. Sin embargo, según un estudio estadounidense, estos y otros artrópodos trabajan duro para eliminar los desechos en las calles de Manhattan: son capaces de limpiar alrededor de una tonelada al año, el equivalente a 60.000 perritos calientes o 200.000 galletas.
Un trabajo, publicado en PLoS ONE, ha permitido medir por primera vez el valor socio-cultural y económico de la ganadería extensiva tomando como caso de estudio el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara en Huesca. Los resultados permitieron identificar las funciones sociales más valoradas de estos sistemas, obtener un ranking de importancia de los servicios y calcular el valor económico total de los agro-ecosistemas que ascendió a 120 euros por persona y año.
La actividad antioxidante de los zumos de cítricos y otros alimentos está infravalorada. Una nueva técnica desarrollada por investigadores de la Universidad de Granada para medir esta propiedad arroja unos valores diez veces superiores a los que indican los métodos de análisis actuales. Los resultados sugieren que hay que revisar las tablas sobre la capacidad antioxidante de los productos alimenticios que usan los dietistas y las autoridades sanitarias.