No sólo el estilo de vida afecta al funcionamiento del corazón. Existen factores genéticos que pueden predisponer al infarto de miocardio. Por eso, rastrear cuáles son las conexiones entre el motor y el código de la vida puede contribuir a conocer cómo se desencadena el proceso y actuar sobre él desde la prevención. Con este planteamiento, investigadores del HUCA en distintos departamentos han colaborado en una investigación que les ha permitido detectar algunas variaciones génicas relacionadas con el infarto temprano.