El profesor de Historia de la Ciencia de la UA y experto en comunicación científica Javier Sanz expone esta tarde en el Seminario Interdisciplinar de Bioética y Nutrición el panorama desconcertante que ha supuesto Internet en el campo de la salud y el conveniente establecimiento de criterios de calidad en las websites para combatir las informaciones fraudulentas. Este farmacéutico que realizó su tesis sobre el acceso a la documentación científica asegura que “sólo el 20% de las páginas web sobre nutrición recogidas en el mayor buscador en español tiene autoría y esta variable no es igual a información fiable”.
España ha registrado en 2007 y 2008 las tasas más bajas de consumo de alcohol y tabaco en los últimos diez años, mientras que el cannabis ha descendido a niveles inferiores a los de 2003. El consumo de cocaína se ha estabilizado. La percepción de riesgo ha aumentado para todas las conductas de consumo de drogas, tanto para el consumo ocasional como para el habitual.
Investigadores del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM- Hospital del Mar) i del Centro Jaume Almera del CSIC, entre otros, han llevado a cabo por primera vez un estudio que muestra hasta que punto el polvo procedente de los desiertos del Sáhara se suma a la polución, ya de por sí existente en nuestra ciudad, y causa un agravamiento de los efectos producidos por la contaminación en términos de mortalidad a nivel poblacional.
Casi cuatro de cada 100 españoles (1.754.335 personas) sufrieron un accidente en casa o en su tiempo de ocio en 2007, un 0,1% menos que en 2004. La mayoría se produjeron en el hogar (un 58%) y afectaron sobre todo a las mujeres, mientras que los hombres padecieron más accidentes en su tiempo libre. Éstas son las conclusiones de un estudio del Instituto Nacional del Consumo (INC), cuya penúltima edición se remonta a 2004. El INC planea ahora analizar anualmente estos accidentes, que suponen la cuarta causa de muerte en la Unión Europea.
Los niños están expuestos a diversas amenazas ambientales que pueden afectar a su salud en las primeras fases de la vida, pero también en su juventud y etapa adulta. Científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Universidad de Boston sugieren que tanto los países industrializados como los países en vías de desarrollo deben evaluar la carga ambiental de las enfermedades infantiles para mejorar el entorno de los niños.