En euskera, basta con fijarse en el verbo para saber si una oración lleva objeto directo. ¿Por qué no aprovechar este conocimiento para aprender la sintaxis de la lengua castellana? Ya sabemos cómo hacer las condicionales en euskera y en castellano. Entonces, ¿por qué partimos de cero cuando tenemos que aprender lo propio en inglés? El grupo DREAM pretende revolucionar esta tendencia educativa tan habitual como errónea.
Según los investigadores de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la UPV/EHU, se pueden aprovechar las características que las lenguas tienen en común para educar en las escuelas a alumnos plurilingües de verdad. “Estamos mirando cómo diseñar un programa especial que intensifique los lazos entre las lenguas, y evaluar su efectividad”, explica Durk Gorter, investigador Ikerbasque y coordinador del equipo.
Los estudios del Donostia Research group on Education And Multilingualism (DREAM) en esta temática tienen muy buena acogida en todo el mundo. Uno de los ejemplos más recientes que lo demuestran es la aportación del mismo Gorter y de la catedrática Jasone Cenoz a The Modern Language Journal en otoño de 2011. En un número monográfico dedicado a la educación plurilingüe, ellos fueron los artífices tanto de la introducción como de un artículo sobre las aptitudes de escritura en euskera, castellano e inglés. Su forma de trabajar confluye con la filosofía del think globally, act locally.
“Estudiamos los datos de la CAV, que es un tremendo laboratorio de educación plurilingüe, muy interesante en ese sentido. Pero de todas formas, nuestra proyección es, más que nada, internacional. Nuestro objetivo es detectar los fenómenos que ocurren aquí y compararlos con la investigación hecha en otros lugares, y difundirlos internacionalmente”, dice el investigador.
Encender la conciencia metalingüística
Los bilingües tienen más facilidad para aprender una tercera lengua. En DREAM apuntan a la conciencia metalingüística. Precisamente, lo que están haciendo en esta investigación es forjar el camino para diseñar un programa que sirva para encender, para aprovechar al máximo esta conciencia.
“Estamos investigando lo que ocurre si sacamos de sus departamentos estancos a las lenguas de nuestro sistema educativo (euskera, castellano, inglés, francés). Es decir, si los alumnos utilizan las lenguas que ya dominan como base para que les ayuden a aprender otros idiomas. En teoría, y si tenemos en cuenta otras investigaciones anteriores, los resultados deberían ser muy buenos, pero queremos llevarlo a la práctica”, dice Gorter.
Este grupo de investigación defiende que se pueden construir puentes entre cualquier tipo de lenguas. Y no solo entre castellano y francés, alemán y holandés u otras lenguas aparentemente parecidas. Aquí lo que cuenta no es la apariencia, sino la esencia: “En nuestra sociedad, es frecuente pensar que no se puede utilizar el euskera para esto, por ser totalmente diferente. Pero, a menudo, la clave es conceptual. Muchas cosas no tienen nada que ver con la distancia lingüística. Es más profundo”. El investigador habla de recursos lingüísticos: “Se puede utilizar lo que un alumno ya conoce para usar mejor otras lenguas”.
Ya han realizado las primeras pruebas experimentales como encuestas, observaciones y entrevistas. “Por ejemplo, hemos hecho tests utilizando lenguas diferentes de una forma muy concreta. Hemos observado lo que ocurre si planteamos ciertos estímulos o preguntas en lenguas diferentes y de forma simultánea, y si pedimos a los alumnos que produzcan algo en todas estas lenguas”, explica Gorter. De todas formas, quieren recopilar más experiencias; realizar toda una intervención en una escuela. Para ello, ahora se encuentran preparando un proyecto “más grande”.
Varias vías para un solo objetivo
Más allá de esta iniciativa, los integrantes de DREAM tienen muchos quehaceres. Trabajan en todos los ámbitos de la educación plurilingüe, de las lenguas en las escuelas, porque se trata de un grupo multidisciplinar.
Cenoz y Gorter son especialistas en lenguas minoritarias y educación multicultural, pero trabajan con colegas que estudian el ámbito de la multiculturalidad y las lenguas de estudiantes inmigrantes (Félix Etxeberria), la estadística y la evaluación (Juan Etxeberria), el asesoramiento familiar y la escuela (Juana María Maganto), y la enseñanza y la organización escolar (Xabier Etxague).
Además, también trabajan con ellos Jokin Aiestaran, Eli Arozena, Irune Ibarra, Garbiñe Bereziartua y Beñat Muguruza. Entre todos, no solo investigan, sino que forman (organizan el Master Europeo en Multilingüismo y Educación) y difunden los resultados que obtienen (mediante los Cursos de Verano, informes…).
Todas estas tareas tienen como objetivo una aportación principal: “Piensa en cuánto se invierte aprendiendo idiomas, cuánto trabajan tanto los profesores como los alumnos, cuántos cursos se organizan al respecto. Si tenemos la oportunidad de construir algunos puentes y ver cómo se puede llevar a cabo este aprendizaje de una forma más eficiente, si así conseguimos una calidad mayor en cuanto al plurilingüismo, eso es bueno para todos”.