Los autores, de la Sociedad Española de Neurología, resaltan la importancia de seguir vigilando los posibles eventos asociados a la vacuna. Opinan que, pese a la importancia capital de la vacunación masiva, la decisión de detenerla hasta saber más “fue prudente”, y “permitirá que las personas que se vacunen lo hagan con mayor y mejor información”.
La Agencia Europea del Medicamento no ha observado una clara asociación entre la vacuna de AstraZeneca y la trombosis, como manifestación general, pero sí admite un ligero aumento de casos de coagulación intravascular diseminada y trombosis de senos venosos cerebrales. Será importante monitorizar la situación para asegurar que el número de casos observados sigue siendo similar al número de casos esperados. Esta evaluación en tiempo real de los posibles eventos asociados a la vacuna es fundamental, y aunque requiere un esfuerzo notable, está permitiendo velar por la seguridad de las personas vacunadas.
La frecuencia de la trombosis de senos venosos cerebrales en la población general suele ser inferior a dos casos por cada 100.000 personas y año. El número de casos que hizo saltar las alarmas de farmacovigilancia fue ligeramente superior, pero dada su importancia, se decidió analizar la información disponible, incluso interrumpiendo momentáneamente la vacunación, hasta tener más información disponible.
La trombosis de senos venosos es una enfermedad en la cual el evento clave es la obstrucción del flujo sanguíneo venoso ocasionado por la oclusión aguda causada por un trombo. Sus consecuencias podrían equipararse a la obstrucción de una carretera principal, de forma que, en primer lugar, se acumularía sangre de manera retrógrada, y esto provocaría un aumento de la presión intracraneal, causando síntomas como la cefalea o las alteraciones visuales.
La evaluación en tiempo real de posibles eventos asociados a la vacuna es fundamental y está permitiendo velar por las personas vacunadas
Si la obstrucción perdura en el tiempo, impide el aporte de sangre oxigenada a la zona cercana a la obstrucción, causando isquemia del territorio afecto. En el símil automovilístico, sería el obstáculo a los camiones con provisiones de llegar a su destino, derivando en una falta de aporte de recursos.
La sangre del ser humano tiene una cierta tendencia procoagulante con el fin de evitar una hemorragia excesiva en caso de herida. El mecanismo por el cual se produce la trombosis puede estar relacionado con un daño en la pared del endotelio vascular; con una situación que cause un enlentecimiento en el paso de la sangre, pudiendo causar la agregación plaquetaria y del resto de elementos circulatorios; o bien con enfermedades o situaciones que impliquen un estado protrombótico, tales como algunos casos de cáncer, infecciones graves, empleo de hormonas femeninas a dosis altas, embarazo o algunas enfermedades hematológicas.
En muchos pacientes no se conoce ninguna de dichas circunstancias en el momento de la trombosis, pero su posterior estudio extenso es fundamental, ya que el tratamiento puede variar en función de la causa.
Se ha descrito un número de plaquetas inusualmente bajo en pacientes que habían sufrido una trombosis venosa cerebral en relación temporal con la inmunización con la vacuna de AstraZeneca. Los mecanismos por los cuales esto sucede son todavía desconocidos y las teorías se basan en hipótesis de distintos expertos. Se ha teorizado que podría deberse a la activación de las plaquetas en relación con un proceso inmune, causando su agregación y consecuente descenso en el número de plaquetas circulante.
Como otras enfermedades que afectan al cerebro, las manifestaciones clínicas de la trombosis de senos venosos cerebrales no siempre son exactamente iguales. Es un proceso dinámico cuyos síntomas dependen del estado de la trombosis a nivel intracraneal y sus consecuencias.
El síntoma más frecuente es el dolor de cabeza. La mayoría de los pacientes que la presentan tiene algún dato atípico que permite diferenciarla de otras causas de cefalea. Cuando existe un aumento de presión a nivel intracraneal, el dolor de cabeza suele acentuarse al poner la cabeza al mismo nivel que el resto del cuerpo, es decir, tumbándose. A veces puede experimentarse visión borrosa, causada por el aumento de presión que se transmite a través de la vaina del nervio óptico.
En aquellos casos de mayor gravedad, la falta de aporte sanguíneo arterial puede causar la isquemia del territorio, provocando infartos venosos o incluso la aparición de hemorragias cerebrales en el seno de dichos infartos. Cuando esto ocurre, el paciente puede experimentar síntomas neurológicos como pérdida de fuerza localizada y mantenida, pérdida de sensibilidad de un hemicuerpo o bajo nivel de conciencia, o bien crisis comiciales en un pequeño porcentaje de pacientes.
Es importante que los pacientes y el personal sanitario conozcan cómo se presenta la trombosis de senos venosos, para que sea identificada y tratada lo antes posible
Para su adecuado diagnóstico es importante su sospecha, ya que puede resultar invisible en las técnicas de imagen cerebral convencionales. Para poder diagnosticarla, suele ser preciso administrar contraste y realizar secuencias específicas para estudiar el sistema venoso. La clave de su tratamiento es el restablecimiento del flujo sanguíneo cerebral, lo cual puede facilitarse con fármacos que contribuyan a la degradación del trombo.
Dada la potencial gravedad de este efecto adverso, la monitorización de los posibles casos y su vigilancia epidemiológica cobra más importancia que nunca. Es importante que tanto pacientes como personal sanitario conozcan las diferentes formas en las que la trombosis de senos venosos se puede presentar, para que sea identificada lo antes posible y tratada de manera específica.
Pese a la importancia capital de la vacunación masiva de la población, la decisión de detener la vacunación hasta disponer de más información y adoptar una decisión coordinada a nivel europeo no debió ser una decisión fácil, pero sí prudente y que permitirá que las personas que se vacunen lo hagan con mayor y mejor información.
Dr. José Miguel Láinez, neurólogo. Presidente de la Sociedad Española de Neurología.
Dr. David García Azorín, neurólogo. Vocal de la Sociedad Española de Neurología.