El Centro de Investigación del Cáncer (CIC) de Salamanca trabaja en la búsqueda de tratamientos más efectivos frente al cáncer de ovario, un tumor con mal pronóstico que en la actualidad sólo se puede tratar mediante cirugía y quimioterapia convencional. Por el momento, para el cáncer de ovario no existen terapias dirigidas, es decir, que no hay fármacos que ataquen específicamente alguna característica de las células tumorales y así eviten dañar tejidos sanos. Por eso, un equipo del Centro del Cáncer realiza ensayos en ratones con un fármaco experimental que parece inhibir las células cancerosas, aunque no las elimina, así que probablemente tendría que combinarse con otros tratamientos.
"Estamos trabajando en cáncer de ovario porque el tratamiento que tienen las pacientes es de cirugía y quimioterapia convencional, no hay ninguna terapia dirigida, es necesario encontrar nuevos tratamientos para este tipo de tumor", explica a DiCYT Juan Carlos Moreno, investigador del CIC en el laboratorio 15, dirigido por Atanasio Pandiella.
Para ello, "estamos estudiando una nueva vía", en concreto, la acción de un fármaco llamado BEZ235 que actúa sobre la vía denominada PI3K-Akt-mTOR, un complejo de proteínas que juega un papel importante en la proliferación y supervivencia de las células de cáncer de ovario. Los investigadores consideran que atacar este complejo puede ser importante para aumentar la tasa de supervivencia de estos pacientes.
De hecho, en la actualidad ya se están usando fármacos inhibidores "pero no están teniendo el éxito esperado". Esto se debe a que la vía está formada por dos complejos de proteínas, pero el tratamiento sólo consigue inhibir uno de ellos, mientras que el otro se potencia y sigue favoreciendo la proliferación del tumor.
Sin embargo, los científicos han comprobado que el nuevo fármaco inhibe los dos complejos. Para demostrarlo utilizan ratones, a los que se les induce tumores de ovario y, una vez que se generan estas neoplasias, les aplican el tratamiento para ver si es efectivo o no. Se trata de un fármaco experimental, pero con el que ya se están realizando ensayos clínicos en otros tipos de tumores, por ejemplo, en cáncer de mama ya está en marcha un ensayo, también en combinación con otros tratamientos.
Falta de efectividad
En este nuevo ensayo para el cáncer de ovario, "vemos que hay una reducción del volumen tumoral con respecto a un grupo de control en los modelos animales, es decir, este fármaco está inhibiendo la proliferación de las células", señala Juan Carlos Montero. El problema es que no es muy efectivo, porque "inhibe la proliferación de las células tumorales pero no las mata". Por eso, los investigadores consideran que lo ideal sería combinarlo con otros fármacos. De hecho, plantean la posibilidad de usar BEZ235 con el tratamiento estándar que ya se utiliza contra el cáncer de ovario.
Aunque el equipo que dirige Atanasio Pandiella se centra en las terapias dirigidas frente a cáncer de mama, trabaja también en esta nueva línea de investigación desde hace dos años y parece que va a dar sus primeros frutos científicos, puesto que acaba de enviar un artículo a una importante revista científica para ver si es aceptado.
"En el cáncer de mama hay varios subtipos y varias terapias dirigidas, pero el cáncer de ovario no hay nuevas dianas ni moléculas que puedan ser atacadas de forma efectiva", recuerda Juan Carlos Montero. Por eso, "se están buscando nuevas dianas para mejorar la tasa de supervivencia de estas pacientes". La mortalidad por cáncer de ovario es muy elevada porque se suele detectar en una fase muy avanzada, cuando ya hay metástasis, lo cual dificulta el tratamiento y la posibilidad de investigar más sobre la enfermedad.