El Instituto de Biomecánica (IBV) está desarrollando un dispositivo instalado en textiles inteligentes capaz de medir la actividad cardiaca y la respiración del conductor para prevenir la somnolencia y la fatiga al volante, en el marco del proyecto europeo HARKEN. El sistema de sensores no invasivo podrá ir integrado en la cubierta del asiento y en el cinturón de seguridad del vehículo.
Investigadores del Instituto de Biomecánica (IBV) están trabajando en el desarrollo de un dispositivo integrado en textiles inteligentes capaz de medir la actividad cardiaca y la respiración del conductor para prevenir la somnolencia y la fatiga al volante
Se trata de un sistema de sensores no invasivo integrado en la cubierta del asiento y en el cinturón de seguridad del vehículo. Según explica José Solaz, director de Innovación de Mercados en Automoción del IBV, , “la variación de los ritmos cardiacos y respiratorios son buenos indicadores del estado del conductor, ya que están relacionados con la fatiga del mismo".
Es decir –añade– "cuando se entra en estados de fatiga o somnolencia aparecen modificaciones en la respiración y frecuencia cardíaca, por eso monitorizando estas constantes podemos detectarlas y avisar al conductor.
Hasta la fecha, no existía ningún dispositivo capaz de medir estas constantes de manera no invasiva en un coche y obteniendo un resultado equiparable a la medición en un laboratorio.
Probado en circuito cerrado
El producto se está desarrollando en el marco del proyecto europeo Harken y el resultado final es un prototipo completamente funcional que consta de tres componentes principales, el sensor del asiento, el sensor del cinturón de seguridad, y el SPU (signal processing unit), que procesa los datos de los sensores en tiempo real. Además, gracias a su capacidad de integración, es completamente invisible para el usuario.
José Solaz ha explicado que “el dispositivo ha sido probado por usuarios en circuito cerrado –en la escuela de conducción Luis Climent– para determinar su eficacia en condiciones de uso reales”.
Dada su orientación a una rápida industrialización, el dispositivo Harken permitirá en breve disponer del vehículos a en la calle para testar el comportamiento del sistema en situaciones de tráfico real. De hech,o las pruebas preliminares “han obtenido unos resultados muy positivos y completamente fiables” ha confirmado Solaz. De esta manera, Harken ayudará en un futuro próximo a reducir los accidentes.
Un grave problema de seguridad vial
Los accidentes de tráfico provocados por la fatiga representan un importante problema social y económico para la UE. En 2008, se produjeron más de 1.2 millones de accidentes de tráfico en la UE, con 1.5 millones de heridos y 38.000 muertos. Este tipo de accidente será la tercera causa de muerte y discapacidad mundial más frecuentes en 2020.
Los detectores de fatiga integrados en los componentes del vehículo pueden reducir este problema, salvando miles de vidas al año y reduciendo en miles de millones de euros los costes sanitarios. “Por esta razón, HARKEN supone una solución innovadora para la detección de la fatiga que puede suponer un gran avance en la seguridad vial” ha añadido José Solaz.
Financiado a través del 7º Programa Marco, dentro del Programa “Capacidades. Investigación en beneficio de las PYMES”, el proyecto HARKEN arrancó en julio de 2012.
El Instituto de Biomecánica participa en esta investigación junto al centro tecnológico Eesti Innovatsiooni Instituut y la Universidad de Manchester.
Este proyecto, liderado por la empresa BORGSTENA, reúne a un consorcio de Pequeñas y Medianas Empresas que producen componentes de vehículos (textiles para asientos - BORGSTENA, cinturones de seguridad - ALATEX, tejidos inteligentes - SENSINGTEX, y biosensores - PLUX), que llevarán a cabo la industrialización de este sistema. Además, el consocrio cuenta con la empresa FICOMIRROS como representación de los proveedores TIER1 de la industria del automóvil que es el puente con los fabricantes de vehículo completo, futuros integradores de esta tecnología.