El informe Migración y salud en España, elaborado por investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), se hace eco de la evidencia científica en la materia y propone recomendaciones de mejora en áreas como la salud laboral, las enfermedades infecciosas, la salud mental, el acceso a la atención sanitaria o la salud sexual y reproductiva.
En las últimas dos décadas, España se ha convertido en un importante destino para personas nacidas en otros países, que constituyen ya aproximadamente el 10% de la población residente en nuestro país. Estos inmigrantes hacen un uso dispar de los servicios de salud por falta de familiaridad con el sistema de salud, las dificultades de comunicación médico-paciente o diferencias en la percepción de riesgo y en la búsqueda de la atención en salud.
El informe Migración y salud en España, elaborado por investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), se hace eco de la evidencia científica en la materia y destaca que los inmigrantes utilizan menos la atención especializada y los servicios de salud mental, son más vulnerables a enfermedades infecciosas y tienen mayor riesgo de partos prematuros, entre otros problemas.
En este documento, los investigadores del subprograma de Inmigración y Salud del CIBERESP presentan recomendaciones, basadas en la evidencia científica, dirigidas a los responsables de la gestión sanitaria con el objetivo de contribuir a la elaboración de políticas y programas para optimizar la salud de los inmigrantes en España.
Los autores señalan desigualdades en salud y proponen recomendaciones de mejora en la atención sanitaria, la salud ocupacional, la salud mental, las enfermedades infecciosas y crónicas y la salud sexual y reproductiva.
La crisis en el uso de atención sanitaria
El informe del CIBERESP señala que la crisis económica que ha sufrido España ha tenido un impacto significativo sobre la salud y el bienestar de los inmigrantes como consecuencia de la pérdida de equidad y los recortes en sanidad.
Los inmigrantes hacen un uso de la atención primaria similar al de la población autóctona, utilizan más los servicios de urgencia y menos la atención especializada. Estas disparidades en el uso de los servicios de salud pueden estar relacionadas con la falta de familiaridad con el sistema de salud, problemas de comunicación con los médicos o diferencias en la percepción y comportamientos relacionados con la salud.
Las propuestas son reducir las barreras de acceso a la atención relacionadas con aspectos culturales, lingüísticos, económicos o administrativos con programas de formación de los profesionales de la salud en competencias culturales, programas para concienciar a la población inmigrante de la utilidad de la atención sanitaria (especialmente a los subgrupos de inmigrantes que tienen peores indicadores de salud y mayores riesgos), la mejora de los planes regionales de inmigración (con la inclusión de programas de promoción y educación en salud, el uso de traductores, mediadores y trabajadores sociales) y la intensificación de la cooperación entre las asociaciones de inmigrantes y la administración pública.
Mejorar la prevención de riesgos laborales
Los inmigrantes están empleados, mayoritariamente, en ocupaciones manuales, en la construcción, la agricultura, la hostelería y los servicios domésticos. Estos sectores tienen sueldos más bajos e implican una mayor exposición a los riesgos relacionados con el trabajo.
El texto solicita la formación de trabajadores inmigrantes en prevención de riesgos laborales y que se ofrezcan instrumentos para que las empresas garanticen unas condiciones de trabajo y empleo adecuadas.
Por otra parte, los factores que a menudo acompañan la migración –como la precariedad y la irregularidad administrativa– pueden hacer aumentar el riesgo de sufrir algún problema de salud mental. Sin embargo, los inmigrantes utilizan menos los servicios de salud mental que la población autóctona.
El informe del CIBERESP propone que se implanten estrategias de ampliación de los servicios de salud mental disponibles que garanticen un mejor acceso de los inmigrantes y se desarrollen planes para formar en competencias culturales a los profesionales responsables de estos servicios.
Vulnerabilidad a enfermedades infecciosas
Los inmigrantes y la población autóctona sufren de manera similar las enfermedades crónicas. En cambio, los inmigrantes son más vulnerables a algunas enfermedades infecciosas como la tuberculosis. Además, España es uno de los países europeos con una prevalencia mayor de la enfermedad de Chagas.
Con el objetivo de incrementar la detección de enfermedades infecciosas e importadas en la población inmigrante, el informe propone implantar sistemas de declaración obligatoria de enfermedades infecciosas, el desarrollo de programas para mejorar el conocimiento que los trabajadores sanitarios tienen de las enfermedades infecciosas emergentes y la ampliación de programas de cribado en las comunidades autónomas.
Además, para reducir la carga que las enfermedades crónicas suponen para los inmigrantes y optimizar el estado de salud general, los autores proponen apoyar los factores protectores de la salud relacionados con la nutrición y la actividad física.
Por último, el documento señala también que, aunque la evidencia es limitada, pueden existir diferencias entre población inmigrante y autóctona relacionados con la salud sexual y reproductiva. Algunos estudios muestran que las mujeres inmigrantes pueden tener un mayor riesgo de partos prematuros o de bajo peso del bebé al nacer, y ser más vulnerables a enfermedades de transmisión sexual y VIH.