Las ranas túngara hembra (Physalaemus pustulosus) y los murciélagos de labio verrugoso (Trachops cirrhosus) comparten aptitudes perceptivas al interpretar de igual modo las llamadas de la rana macho. El estudio, que se publica en la revista Science esta semana, demuestra que ciertos tipos de percepción podrían ser universales.
La investigación realizada por un equipo internacional de científicos revela que dos especies animales –las ranas túngara hembra (Physalaemus pustulosus) y los murciélagos de labio verrugoso (Trachops cirrhosus)– completamente diferentes perciben de manera similar los estímulos auditivos responsables de las funciones biológicas básicas.
Esto sugiere que las percepciones, que limitarían la evolución de las señales comunicativas, podrían ser compartidas entre los animales y dependerían de la magnitud de los estímulos externos que se percibe. Según la Ley de la percepción de Weber, la comparación de estímulos se realiza en función de las proporciones, no de las diferencias absolutas.
Los investigadores analizaron, en el estudio que se publica en Science, si la elección del macho que realiza la rana túngara se explica por la Ley de Weber o por otras hipótesis alternativas. La rana macho produce un sonido similar al de una vocal (como un gemido) seguido por un número de hasta siete sonidos similares a los de una consonante (chasquidos).
Las ranas hembra se desencantan con más chasquidos
Los investigadores colocaron a varias hembras capturadas en cautividad en una cámara de sonido y reprodujeron de forma alternativa dos tipos de llamadas con número variable de chasquidos que procedían de dos altavoces colocados en los lados opuestos. La elección de la hembra se determinó cuando ésta se acercaba a menos de 10 cm de cada uno de los altavoces.
“Al ofrecer a las hembras la posibilidad de elegir entre llamadas con números diferentes de chasquidos, descubrimos que las ranas hembra preferían las de mayor número, pero en función de la proporción”, declara Hamilton E. Farris, autor principal y profesor asistente de investigación de neurociencia y otorrinolaringología en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad del Estado de Luisiana (EE UU).
Según el experimento, mientras que los machos elaboran sus señales con más chasquidos, la atracción de la hembra disminuye debido a sus limitaciones perceptivas.
El grupo de investigación estudió también el comportamiento de los murciélagos de labio verrugoso para comprender la influencia de la percepción de las hembras en la evolución de las llamadas de los machos.
Estos murciélagos, depredadores naturales de ranas túngara, seleccionan a su presa según las llamadas de las ranas macho. A través de un experimento similar al de las ranas hembra, los investigadores descubrieron que los mamíferos, al igual que las ranas hembras, comparan las llamadas basándose en la proporción del número de chasquidos.
“Resulta increíble que dos animales tan dispares compartan la misma escala perceptual. Este hecho nos sugiere una idea general acerca de cómo comparan los estímulos los animales”, afirma Farris.
A medida que los machos aumentan el número de chasquidos, sus vecinos los aumentan también, por lo que añadir un chasquido a un gran número de ellos disminuye el riesgo de ser depredado. Los científicos observaron así que tanto el riesgo como los beneficios de añadir chasquidos disminuyen cuando éstos aumentan.