Desde que empezaran a tomarse medidas por la COVID-19, la forma de relacionarse de los neoyorkinos ha cambiado. Según un trabajo del español Esteban Moro en el MIT, el número de contactos sociales ha disminuido en un 93 % y las personas que se han quedado en casa han aumentado del 20 % al 60 %. Los supermercados y tiendas de comestibles se han convertido en lugares de encuentro.
En todo el mundo se han emitido políticas de distanciamiento social para reducir la tensión inmediata en el sistema de salud y retrasar la propagación del virus. Ahora, un estudio en el que participa el español Esteban Moro, investigador del MIT Media Lab y profesor en el departamento de Matemáticas de la UC3M, ha publicado un mapa de cómo las medidas distancia social está cambiando la forma de moverse en Nueva York utilizando geolocalizaciones de smartphones.
En el momento de la publicación del trabajo, el pasado 29 de marzo, la ciudad de Nueva York tenía 52.318 casos confirmados de COVID-19 y 728 muertes asociadas. “Hemos analizado los datos de geolocalización anónimos de los teléfonos inteligentes para ver cómo se está efectuando el distanciamiento social en el área metropolitana”, dice Moro.
La información, según explica el coautor, ha sido obtenida a través de la colaboración con la iniciativa Data for Good de Cuebiq, que recolecta datos de geolocalización de móviles a partir aplicaciones que necesitan la ubicación para dar servicio, como las del tiempo. Esta organización suministra estos datos de forma anónima y agregada para que sean usados con fines de investigación, como la que llevó este experto el año pasado en su Atlas de la Desigualdad de varias ciudades de EE UU.
Los datos utilizados cubrieron desde el 1 de enero hasta el 25 de marzo. Entre los principales hallazgos, destaca que la distancia recorrida por los habitantes de la zona metropolitana de Nueva York bajó un 70 %, de un promedio de 25 millas en febrero a 7 millas el fin de semana del 20 de marzo.
Además, el número de contactos sociales en los lugares disminuyó en un 93 % (de 75 a 5). Por su parte, las personas que se quedaron en casa todo el día aumentaron del 20 % al 60 %.
También han encontrado que los supermercados se han convertido en el lugar más común donde se produce el contacto social.
El estudio destaca que la declaración de emergencia nacional y el anuncio del cierre de escuelas el 14 de marzo resultaron en una enorme oleada de visitas (hasta un 60 % más) a muchos lugares. La mayor parte de este aumento de actividad tuvo lugar en las tiendas de comestibles y otros tipos de productos y en lugares al aire libre como parques.
La reducción de la distancia recorrida y de los contactos sociales diarios se hizo significativa solo después de que se introdujeran medidas de cierre de negocios no esenciales el 22 de marzo.
Tras la introducción de las medidas, hubo oleadas de actividad en lugares como las playas y los Hamptons, una zona ubicada en el sector este de Long Island, en el estado de Nueva York, famosa por ser un sitio de vacaciones para los estadounidenses más ricos.
Un 5,5 % de personas dejó el área de la ciudad de Nueva York para ir a otros lugares de EE UU. Por ejemplo, un el 0,37 % se fue a Florida, lo que resulta relevante porque, según los autores, este tipo de viajes puede llevar el virus a nuevos lugares.
Los investigadores concluyen que las políticas de distanciamiento social han reducido en gran medida las diferencias relativas entre los distintos grupos demográficos del área metropolitana de Nueva York, ya que la movilidad y los contactos de casi todos se han reducido drásticamente.
Referencia:
Michiel Bakker, Alex Berke, Matt Groh , Alex ‘Sandy’ Pentland y Esteban Moro .“Effect of social distancing measures in the New York City metropolitan area” MIT IDSS and MIT Media Lab (29 de marzo, 2020)