La llegada del presidente estadounidense Barack Obama al final de la cumbre parece haber precipitado y acelerado las negociaciones. La reunión iniciada anoche por 25 líderes mundiales de EE UU, China, Brasil, la Unión Europea, Alemania, Francia, Reino Unido y España, entre otros, ha dado lugar a un borrador en el que ya se está hablando de cifras de recortes de emisiones y de financiación. Pero de cara a un acuerdo, EE UU mantiene su postura mientras que Brasil está incluso dispuesto a contribuir al fondo de financiación para ayudar a otros países.
El discurso de Obama ha sido el más esperado esta mañana en el plenario de la Cumbre del Clima. El presidente estadounidense ha lanzado un mensaje claro: “No he venido a hablar pero a actuar” y ha asumido que esto “no es ficción, es Ciencia”. Aparte de asegurar que son necesarias las acciones colectivas en cuestión de cambio climático, EE UU, como primera potencia económica mundial y segundo país emisor, “carga con la responsabilidad”.
Barack Obama ha señalado en su discurso que “pase lo que pase en Copenhague, EE UU se moverá hacia una economía verde”, pero los países están “más seguros si actúan juntos”. Sin embargo, al hablar de cifras de reducción de emisiones, Obama no ha anunciado ninguna novedad: mantiene el recorte de 17% de emisiones de CO2 para 2020 a partir de los niveles de 2005, y el 80% para 2050.
El presidente estadounidense, que ha apoyado los tres ejes principales de mitigación, transparencia y financiación, ha mantenido además las cifras de la financiación que recordó ayer la secretaria de Estado, Hillary Clinton. No obstante, a pocas horas de cerrarse o no el acuerdo, Obama lo ha advertido: “El tiempo para hablar se ha acabado; y no hay más tiempo que perder”.
Mientras las negociaciones entre los jefes de Estado siguen su curso con el nuevo borrador presentado a primera hora del día de hoy para llegar a un mayor consenso posible, China parece entorpecer el diálogo. Según ha anunciado en el plenario esta mañana, está comprometida con la lucha contra el cambio climático con el uso de energías renovables y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a partir de los niveles de 2005.
Por su parte, Lula da Silva, definido por el primer ministro danés Lokke Rasmussen como “un hombre sabio que apuesta por una economía verde”, ha sido el presidente que más entusiasmo ha generado tanto en el plenario como en la sala de medios, aunque ha iniciado su discurso afirmando que se siente "frustado".
El presidente brasileño ha anunciado por primera vez que, si llegar a un acuerdo es cuestión de dinero, está “dispuesto a contribuir al fondo de financiación para ayudar a los países que más lo necesitan”. De este modo ha demostrado ante la sala que “con sólo medio mundo, no encontraremos una solución en Copenhague”.
Da Silva, que ha sido aplaudido en varias ocasiones, ha reconocido que “el dinero que los países industrializados ponen sobre la mesa es el pago de las emisiones de CO2 que se han producido en los dos últimos siglos porque éstos se industrializaron antes”.
A pesar de las dificultades, sobre todo generadas por la reunión entre estos casi 30 países, que excluye a países como Bolivia y Venezuela, y que ha generado la frustración y rechazo del acuerdo por parte de sus presidentes correspondientes, Evo Morales y Hugo Chávez, Da Silva se ha mantenido “optimista”, a la vez que entiende que “los países que aportan fondos pidan transparencia”.
Momentos tensos para llegar al acuerdo
La reacción española no ha tardado en llegar. Elena Espinosa, ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) ha dividido en dos partes la intervención de Obama: “En una contesta a un líder que ha intervenido, y después se centra en la oferta que está puesta sobre la mesa de EE UU que versa sobre mitigación, ayuda financiera para la adaptación y sobre todo por un tema que es el que está en estos momentos siendo el más polémico de la negociación que son los mecanismos de verificación”.
“Nos quedan horas intensas y difíciles pero desde luego los líderes y nuestro presidente están haciendo el máximo esfuerzo para que aquí lleguemos a ese acuerdo multilateral que nos lleve a poner en marcha mecanismos contra el cambio climático”, ha manifestado Espinosa que no obstante ha asegurado que se están viviendo “momentos tensos”. No obstante, la ministra española sigue convencida de que “con la fuerza de todos los líderes más tarde o más temprano, a lo largo del día de hoy se logrará”.
Así lo esperan muchos líderes políticos. “Hoy no es el final de nuestro trabajo sino el comienzo”, ha apuntado Rasmussen. Ban Ki-Moon, secretario general de la ONU, también ha sido optimista: “Estamos muy cercar de cerrar este compromiso. Tenemos que actuar como naciones unidas, es nuestro momento. Es tiempo de sentido común, compromiso y valentía política, y esta tarde también de conciencia”.