Los lagos esteparios de Mongolia pueden salvar ecosistemas ibéricos

Las investigaciones en el corazón de Asia sirven para conocer mejor los ecosistemas de España. Con el Catálogo limnológico de los lagos de Mongolia, un proyecto dirigido por Miquel Alonso, colaborador del Departamento de Ecología de la Universidad de Barcelona, se desarrollarán nuevas estrategias para diagnosticar el estado de los lagos de la península ibérica.

El Catálogo limnológico de los lagos de Mongolia ha estudiado más de 12.000 lagos y lagunas esteparias en Mongolia.
El Catálogo limnológico de los lagos de Mongolia ha estudiado más de 12.000 lagos y lagunas esteparias en Mongolia.

Mongolia es un vasto y árido país centroasiático que posee lagos y zonas húmedas similares a los de las estepas y montañas ibéricas. Escasamente poblado y con temperaturas extremas, en este país todavía existe una gran cantidad de lagos y ríos que se han mantenido casi intactos desde hace miles de años hasta hoy. Su situación geográfica, opuesta a la de nuestra península, permite establecer relaciones taxonómicas entre organismos de los extremos longitudinales del Paleártico.

Existen lagos esteparios en llanuras de regiones de clima continental en diferentes latitudes de todo el planeta. Suelen ser lagos someros, muy frágiles, que se desecan fácilmente y tienen una elevada productividad biológica.

En Mongolia hay lagunas en un estado excepcional de conservación parecidas a las que existían en la península ibérica antes de ser destruidas por el hombre

“Los lagos esteparios son ecosistemas extraordinariamente valiosos. En Mongolia encontramos lagunas en un estado excepcional de conservación que son parecidas a las que existían en la península ibérica antes de ser destruidas por la acción del hombre”, explica Miquel Alonso, que es miembro del Grupo de Investigación Freshwater Ecology and Management (FEM) de la Universidad de Barcelona.

Grandes lagos permanentes de agua dulce, lagunas temporales de aguas mineralizadas o lagos hipersalinos son algunos de los ecosistemas estudiados desde el año 2005 en las expediciones dirigidas por Alonso en Mongolia. El proyecto ha permitido estudiar hasta hoy las características ecológicas de 880 lagos esteparios del país mongol, dentro del marco del Programa para la Conservación de la Biodiversidad de Endesa y con la colaboración de la Universidad Nacional de Mongolia.

A la búsqueda de las auténticas estepas

“En Asia central encontramos las auténticas estepas”, apunta Alonso. “A diferencia de lo que ocurre en nuestro país, en Mongolia la lluvia y el calor se dan en verano, y la sequía y el frío extremo en invierno, lo que define el auténtico dominio estepario. Aun así, los lagos esteparios asiáticos son muy similares a los de la península, con clima mediterráneo, y comparten muchas similitudes en hidromorfología y en comunidades biológicas”.

“La investigación nos permite establecer comparaciones y relaciones biogeográficas entre especies vicarias de los lagos esteparios ibéricos, que están desaparecidos o profundamente alterados en la actualidad. Este proyecto también ayudará a establecer indicadores sobre el estado ecológico de referencia en lagos esteparios de la Europa industrializada, tal como exige la actual normativa europea”.

Galaziella murae, Alona irinae, Alona floessneri y Phallocryptus tserensodnomi son las nuevas especies de crustáceos descubiertas que amplían el mapa de la biodiversidad en los ecosistemas lacustres de Mongolia. Son crustáceos branquiópodos, un grupo muy antiguo, considerados auténticos fósiles vivientes que todavía conservan características ancestrales.

En nuestro país existen zonas esteparias únicas en Europa occidental, como los Monegros, la cuenca del Ebro, la del Duero, el Tajo-Guadalquivir y la Mancha

Según los resultados, P. tserensodnomi presenta muchas similitudes con Phallocryptus spinosa, una especie del Paleártico occidental. En el caso de A. floessneri, esta especie parece tener una alta afinidad con Alona salina —especie identificada por Alonso en 1996 en España—, que es frecuente en las lagunas del Bodón Blanco (Bocigas, Valladolid) y en otras lagunas endorreicas ibéricas y de Irán.

Tal como explica Alonso, que ha descrito veinte especies biológicas a lo largo de su trayectoria investigadora, “estudiamos los crustáceos como bioindicadores, porque son organismos altamente especializados, muy fieles a su hábitat natural, con un ciclo de vida relativamente largo, y que dejan rastros biológicos fácilmente reconocibles y permanentes, de gran interés científico, incluso para reconstrucciones paleoclimáticas”.

Lagos esteparios: un escenario alarmante en la península

La sobreexplotación de acuíferos por la minería y algunos proyectos de trasvases hidrológicos son las amenazas más directas para la conservación de estos ecosistemas de las llanuras mongolas. Pero en la península ibérica la situación de los lagos esteparios es realmente alarmante.

Como señala Miquel Alonso, que realizó su doctorado en la UB bajo la dirección de Ramon Margalef, “en nuestro país, existen zonas esteparias que son únicas en Europa occidental, como los Monegros, la cuenca del Ebro, la cuenca del Duero, el Tajo-Guadalquivir, la Mancha, etc. Sin embargo, en los últimos años se han hecho intervenciones que han provocado la desaparición de muchas de las lagunas más emblemáticas en estas áreas. La agricultura es la mayor amenaza para estos ecosistemas; pero todavía quedan posibilidades para algunos de ellos y no sería difícil recuperarlos y regenerarlos. Es preciso usar toda nuestra inteligencia y voluntad para conservarlos”.

Fuente: UNIVERSIDAD DE BARCELONA
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