Durante el Paleolítico los asentamientos de cazadores y recolectores de las Muntanyes de Prades recorrían hasta 22 km para obtener las materias primas de sus herramientas. Esta es la principal conclusión de un estudio que ha aplicado un nuevo método de investigación desarrollado por el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social para determinar la abundancia de recursos en un territorio.
El estudio sobre el origen y captación de las materias primas líticas es importante en Prehistoria porque, tal y como se viene demostrando desde los años 80 del siglo pasado, permite definir las dinámicas de movilidad y la gestión territorial, contribuyendo a determinar factores como, por ejemplo, el tamaño o la funcionalidad de los yacimientos, claves para conocer los asentamientos de las sociedades cazadoras y recolectoras del paleolítico.
En este contexto, miembros del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) han desarrollado un nuevo método, la 'ratio de abundancia silícea' (CAR), que permite determinar la abundancia de recursos líticos en un territorio, a partir de la prospección, el análisis de las características geológicas naturales y el procesamiento mediante Sistemas de Información Geográfica (SIG).
El primer lugar donde se ha aplicado ha sido en las Muntanyes de Prades (Tarragona). El objetivo era saber dónde obtenían la materia prima las comunidades del paleolítico que habitaron este territorio y cuántos kilómetros recorrían para conseguirla.
El equipo del IPHES ha llegado a la conclusión de que podían realizar desplazamientos de ida y vuelta de entre 6 y 22 kilómetros y que eran selectivos en el aprovisionamiento de las piedras para elaborar sus herramientas. El estudio avala además que la captación no se corresponde con la disponibilidad de recursos en el territorio, sino que está determinada por factores como la selección de ciertas rocas o la proximidad entre afloramientos-asentamientos.
Respecto a los yacimientos estudiados, las cuencas del río Siurana y del Montsant son las áreas de abastecimiento principal para Les Borres (La Febró) y el Molí del Salt (Vimbodí i Poblet), en las Muntanyes de Prades, y Sant Gregori (Falset), en elsu entorno de las mismas. Cabe destacar que los ocupantes del Molí del Salt también captan recursos en los afloramientos de la cuenca del Francolí, que también resultaron ser las áreas de aprovisionamiento para la Balma de la Vall (Montblanc) y Picamoixons (Valls).
Considerando las zonas de abastecimiento mayoritarias se deducen los radios de forrajeo, o sea, de explotación que se pueden abarcar diariamente y que serían de 15-22 km para Sant Gregori, 6-8 km para Les Borres, 15-17 km para el Molí del Salt, 7-10 km para la Balma de la Vall y 6-10 km para Picamoixons.
“Pensamos que estas diferencias en los patrones de movilidad pueden reflejar la diversidad en la duración e intensidad de las ocupaciones, o en el tamaño de los grupos que habitaron los yacimientos estudiados”, apunta María Soto, primera firmante del artículo publicado en la revista Archaeological and Anthropological Sciences, que recoge esta investigación. A su vez, ha añadido: “Estos radios de movilidad son mayoritariamente similares a los mostrados por las sociedades cazadoras y recolectoras actuales, y las diferencias entre ellos pueden ser indicativas de variaciones en el sistema de asentamiento de los yacimientos estudiados”.
La misma arqueóloga ha manifestado: ”Para efectuar la aplicación de este método pionero, escogimos las Muntanyes de Prades por la abundancia de sílex y su ocupación intensiva y continuada durante la Prehistoria, como se viene demostrando por los trabajos efectuados en los sitios antes mencionados, en el marco del proyecto de investigación del IPHES titulado “Evolució paleoambiental i poblament prehistòric a les conques dels rius Francolí, Gaià, Siurana i rieres del camp de Tarragona (2014/100574)”, financiado por el Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya".
Este nuevo método permite además de caracterizar cuantitativamente el paisaje lítico al que tenían acceso las comunidades paleolíticas, determinar las áreas potenciales y las estrategias y territorios de aprovisionamiento durante el paleolítico superior final, es decir, entre hace 15.000 y 9.000 años.
Cómo se ha estudiado
Para averiguarlo, el equipo ha efectuado prospecciones intensivas por el territorio y han medido distintos valores geológicos de los afloramientos de sílex (como su extensión, volumen, índice tamaño y abundancia de los nódulos...), que permitieron cuantificar las características naturales del área geográfica analizada. “Estos valores facilitaron la obtención de datos teóricos sobre la abundancia de sílex, que previamente habíamos identificado en los conjuntos arqueológicos, en las distintas áreas prospectadas”, declara María Soto.
Los resultados sobre la distribución territorial del sílex fueron comparados estadísticamente con la distribución de esta materia prima en los distintos yacimientos, determinando las áreas y los factores decisorios en el aprovisionamiento y, por lo tanto, los tamaños de los territorios explotados en cada ocupación. “La ubicación de estas áreas-fuente en el territorio fue también analizada mediante SIG., para determinar rutas de movilidad menos costosas energéticamente”, puntualiza la misma arqueóloga.
“Los resultados obtenidos fueron a su vez comparados con más de 50 observaciones etnográficas de sociedades cazadoras y recolectoras actuales, que han servido de contexto para nuestras interpretaciones sobre la duración e intensidad de las ocupaciones y los tamaños de los grupos que ocuparon las Muntanyes de Prades durante el Paleolítico superior final”, indica Maria Soto.
Referencia bibliográfica:
Soto, M., Gómez de Soler, B., Vallverdú, J. (in press) The chert abundance ratio (CAR): a new parameter for interpretin Palaeolithic raw material procurement. Archaeological and Anthropological Sciences. DOI 10.1007/s12520-017-0516-3.