El estadounidense James Allison ha sido reconocido con el premio Fundación BBVA Frontera del Conocimiento en Biomedicina por su pionera contribución en la lucha contra el cáncer. El científico utilizó el sistema inmunitario para eliminar las células tumorales, un cambio de paradigma en el tratamiento de la enfermedad. El científico ha afirmado que espera curar "hasta el 60 o 90% de los casos en algunos tipos de cáncer”.
El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biomedicina ha sido concedido en su décima edición al inmunólogo estadounidense James P. Allison, cuya investigación “sugiere la activación del sistema inmunitario para combatir el cáncer, así como el desarrollo de nuevas terapias”, como señala el acta del jurado.
Allison, investigador en la Universidad de Texas (EE UU), fue el primero en demostrar que la inmunoterapia puede tratar esta enfermedad de forma efectiva, abriendo así una vía que “ha proporcionado beneficios clínicos a muchos pacientes” y ha “estimulado el desarrollo de toda una nueva clase de fármacos”.
Al conocer el fallo, el científico ha reconocido que “no vamos a sanar todos los tipos de cáncer. Pero sí creo que en el futuro la inmunoterapia formará parte del arsenal terapéutico contra muchos tipos de tumores, en combinación con quimioterapia o radioterapia”.
Sin embargo, se mostró optimista: “pronto lograremos curar a la mayoría de los pacientes, espero que incluso hasta el 60 o 90% de los casos en algunos tipos de cáncer”.
El trabajo de Allison dio lugar en 2011 a la aprobación por parte de la Agencia del Medicamento estadounidense (la FDA) del primer fármaco oncológico basado en la activación del sistema inmune.
El ipilimumab ha supuesto un “cambio total de paradigma” respecto a la manera en que se aborda hoy día el tratamiento del cáncer, ha explicado Lélia Delamarre, vocal del jurado y jefa de grupo en el Departamento de Inmunología del Cáncer de Genentech.
La inmunoterapia se basa en potenciar la capacidad del sistema de defensa del organismo para combatir y eliminar las células cancerosas de manera específica. Es una estrategia que se intenta desde hace décadas, pero hasta el trabajo de Allison no había dado resultado.
En experimentos realizados con ratones a finales de los años 90, el investigador demostró que, al bloquear la llamada molécula CTLA-4, se desencadenaba una reacción inmunológica capaz de destruir las células cancerígenas en el organismo de los animales.
Sus investigaciones han abierto la puerta al desarrollo de otros tratamientos antitumorales, cuya eficacia ya se ha demostrado también en tumores de riñón, cabeza y cuello, vejiga y pulmón, entre otros.
Entre las ventajas de la inmunoterapia está el generar respuestas duraderas e incluso, en algunos pacientes, la desaparición del tumor. Además, no se ataca el cáncer de manera directa y, por lo general, tiene menos efectos secundarios.
En la actualidad el científico se halla inmerso en la ‘Plataforma de Inmunoterapia’, un proyecto que consiste en la realización de un centenar de ensayos clínicos para analizar la eficacia de estos tratamientos.
La motivación de un pionero
Allison se define a sí mismo como un investigador básico: “Primero necesitas la ciencia básica. Sin ese fundamento no es posible desarrollar tratamientos eficaces”. El científico reconoce haber tenido un interés personal en la investigación del cáncer, porque perdió a su madre cuando era niño por esta enfermedad y después a su hermano y dos de sus tíos.
Una de sus fuentes de motivación fue conocer a una mujer a la que le habían dicho que le quedaban unos pocos meses de vida y que, más de 15 años después, sigue viva con dos niños. Allison reconoce que “es bastante insólito que un investigador en ciencia básica logre ver las aplicaciones de su trabajo e incluso conocer a personas a las que han ayudado sus descubrimientos”.
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