La cuenta atrás para un acuerdo presiona a los líderes mundiales en Copenhague

La mayoría de los países europeos, entre ellos España, ha dejado clara su posición en un día en el que por fin se ha establecido un formato en el que es posible la negociación. Europa insiste en el compromiso de EE UU y China, y recuerda que queda muy poco tiempo. Tras la cena de gala que ha convocado en Copenhague la reina de Dinamarca, Margarita II, los jefes de Estado se reunirán para lograr un compromiso común que podría nacer mañana.

La cuenta atrás para un acuerdo presiona a los líderes mundiales en Copenhague
Manifestaciones esta mañana a la entrada del Bella Center en Copenhague. Foto: SINC.

De forma casi unánime Angela Merkel, cancillera de Alemania, Nicolás Sarkozy, presidente de Francia, y José Luis Rodríguez Zapatero, presidente de España, entre otros, han subrayado la voluntad de asumir responsabilidades y de dar un paso más en las negociaciones en relación al aumento del recorte de emisiones de CO2 en un 30% para 2020.

Zapatero, que ha empezando su discurso en el plenario de Copenhague reconociendo el esfuerzo de las organizaciones sociales y ONGs por haber reclamado “un mayor respeto a la Tierra y defensa del medio ambiente”, ha declarado que hay que “asumir el pronóstico científico: reducir emisiones, y cambiar las fuentes de energía”. “Hay q reaccionar de forma inteligente”, ha subrayado.

Aunque el presidente del Gobierno ha concretado que hoy es el día de las organizaciones sociales y ha afirmado que “tenían razón y han sido capaces de movilizar voluntades”, las ONGs califican el discurso de Zapatero “insuficiente y ambiguo” y le exigen “más liderazgo en la lucha contra el cambio climático”.

Sin embargo, el presidente español ha manifestado su voluntad de cerrar un acuerdo: “Tenemos que alcanzar un acuerdo en Copenhague aquí y ahora. Ni EE UU ni China pueden fallar en esta cita histórica ni pueden eludir su responsabilidad ante el mundo”.

Para asumir la lucha contra el cambio climático, Zapatero apuesta por una “nueva era tecnológica” que se sustente en “el ahorro y la eficiencia, las energías renovables, un gran esfuerzo tecnológico compartido, y la democratización de la capacidad de producir energía, que será un factor decisivo para el reequilibrio mundial”.

Además, ha recalcado que no se trata de “un debate entre países pobres y ricos”, sino una cumbre “para optar en la confianza de la ciencia, la tecnología, la innovación, y la capacidad de superación del ser humano”. En esta misma línea ha empezado Nicolás Sarkozy: “El fracaso está prohibido. Los científicos nos han dicho lo que teníamos que hacer y somos la última generación en poder hacerlo”.

Quedan 24 horas

El presidente francés ha resaltado en su intervención que “después de la cena habrá una reunión para buscar un texto de compromisos. Quedan menos de 24 horas, y si seguimos así será un fracaso”. Además de su apoyo a los países africanos y a los que “tienen bienes de patrimonio mundial de la humanidad sin medios para protegerlos” ha añadido que “si no hay acuerdo serán éstos los más afectados”. Sarkozy no cree que haya países que no necesiten el dinero que los países industrializados pretenden movilizar, y por eso, se necesita una financiación “innovadora”.

En este sentido, mientras Mahmoud Ahmadinejad, presidente de Irán ha cuestionado el hecho de que el fenómeno del cambio climático no sea un problema medioambiental sino “de dimensiones económicas”, Lula da Silva ha señalado que las medidas de mitigación serán muy “difíciles de realizar sin una financiación pública”.

Tras las intervenciones de los europeos, los representantes del G77 y China ha manifestado en rueda de prensa que “necesitan más dinero” en cuanto a la financiación para la adaptación y mitigación del cambio climático. Además, han insistido en el hecho de que en Bali (Indonesia) en 2007, se pidió un proceso que “completara lo que no se acordó en el Protocolo de Kyoto, no que se prolongara”.

La división de opiniones en el G77 y China es patente y los problemas para llegar a un acuerdo que implique transparencia y que sea vinculante aumentan. Brasil, que pertenece al G77 ha mantenido una posición firme hacia un acuerdo: “Esta cumbre no es un juego, no tiene que haber cartas bajo la manga. Hay que mantener el rigor del protocolo de Kyoto, y tomarlo como referencia”, ha afirmado Da Silva.

Una esperanza en el horizonte cercano

Sin embargo, todavía hay lugar para el optimismo ya que hoy se ha reabierto el proceso de negociación, bloqueado los últimos días. Teresa Ribera, secretaria de Estado de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) ha declarado en Copenhague que “hasta ahora sólo habíamos tratado objeciones de forma que nos han impedido aprovechar el tiempo como debido, por tanto ahora tenemos que aprovecharlo al máximo ya que tenemos un espacio de negociación”.

La otra buena noticia de hoy ha sido la declaración de Hillary Clinton, que ha sido “capital”, ya que “hasta ahora no se había escuchado a EE UU hablar de una cifra en el horizonte del medio y largo plazo, ni tampoco habían confirmado su compromiso y voluntad política de contribuir en el cupo justo”, ha apuntado Ribera.

“Esto puede facilitar mucho un ambiente distinto para que los países más vulnerables sientan el respaldo de la comunidad internacional para hacer frente al cambio climático y se sientan motivados para avanzar en un acuerdo”, ha añadido la secretaria de Estado.

Sin embargo, las negociaciones siguen con dos dificultades: “todavía hay puntos muy importantes de los que no hemos tenido ocasión de hablar a fondo, y la carrera a contrarreloj a la que estamos abocados”, ha recalcado Ribera que ha asegurado que “todavía tenemos tiempo de llegar a un acuerdo”.

De los dos textos que se están trabajando para llegar al acuerdo, uno sobre el Protocolo de Kyoto y el llamado LCA, sobre un acuerdo a largo plazo, uno constituirá el acuerdo. Durante toda la noche de hoy y a lo largo de mañana los países seguirán negociando con un único fin.

Fuente: SINC
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