Un equipo de investigadores ha reconstruido las pautas alimentarias que han mantenido los leones y los osos marinos sudamericanos en la zona del río de la Plata (Uruguay) durante los últimos 7.000 años. Los resultados muestran que las dietas de ambas especies eran diferentes hasta finales del siglo XX, momento en que empezaron a converger sin llegar a solaparse.
El león marino sudamericano (Otaria flavescens) es un mamífero marino de constitución robusta, con un hocico corto y aplastado, que abunda en las costas de América del Sur, desde Perú al cabo de Hornos, y hasta las costas de Brasil. Con una distribución geográfica similar, el oso marino sudamericano (Arctocephalus australis) tiene la mitad de tamaño y un hocico más alargado, se alimenta principalmente de peces pelágicos —aquellas especies que viven en aguas medias o cerca de la superficie— y ocupa una posición inferior en la pirámide alimentaria del ecosistema marino en comparación con la otra especie.
Científicos de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona han publicado un estudio en la revista Journal of Animal Ecology, en el que indican que los cambios en el reparto de recursos entre los leones y los osos marinos sudamericanos en la zona del río de la Plata (Uruguay), que ha permitido sus subsistencia en la zona durante 7.000 años podría deberse a la caza de estos animales —que comenzó en el siglo XVIII y duró hasta la segunda mitad del siglo XX en Argentina y Uruguay— y a la pesca de arrastre de fondo.
Estos hallazgos podrían explicar las diferencias observadas en las tendencias de ambas especies en el Atlántico suroccidental, donde los osos marinos se habrían adaptado mejor a los cambios en la red alimentaria provocados por el impacto humano. Esta información es relevante para diseñar medidas adecuadas de gestión y conservación de estos ecosistemas.
Para reconstruir las dietas de estos animales en diferentes periodos, los investigadores han aplicado la técnica de análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno a los restos óseos de leones y osos marinos. Esta técnica permite obtener información sobre los alimentos consumidos, ya que quedan registrados en los tejidos corporales con un fraccionamiento isotópico predecible.
"Los resultados muestran que los leones y los osos marinos sudamericanos presentaban una fuerte segregación trófica durante el Holoceno medio (aproximadamente hace entre 5.000 y 3.000 años) y a comienzos de la segunda mitad del siglo XX, pero que esta segregación disminuyó con el tiempo, particularmente durante finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI", explica Massimiliano Drago, miembro del Grupo de Investigación de Grandes Vertebrados Marinos de la Universidad de Barcelona y primer autor del trabajo.
Efecto de la explotación de los recursos marinos
Para los investigadores, la progresiva convergencia de las dietas de ambas especies podría explicarse por la historia reciente de la explotación de recursos marinos en Uruguay, caracterizada por una intensa explotación de otáridos (leones y osos marinos), y también por la sobreexplotación pesquera. Estos cambios habrían modificado la dieta de los depredadores y la estructura de toda la red alimentaria en el río de la Plata y las aéreas adyacentes del océano Atlántico en los últimos cincuenta años.
"La disminución del tamaño promedio de los peces demersales —aquellos que viven cerca del fondo del mar—, por la captura de los especímenes más grandes a causa de la intensa pesca de arrastre, podría haber sido particularmente beneficiosa para aquellos otáridos con una boca pequeña o mediana, es decir, los osos marinos de ambos sexos y las hembras de león marino. En cambio, no lo habría sido para los leones marinos machos", señala el investigador Massimiliano Drago, adscrito al departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB.
Mayor plasticidad dietética del oso marino
Además, según el nuevo estudio, el oso marino también podría haberse beneficiado de la reducción de un competidor potencial, como el león marino, cuya abundancia poblacional ha disminuido como consecuencia de su explotación comercial, dejando más disponibilidad de presas potencialmente compartidas.
"A pesar del cese de la caza, la población de león marino, especie que comparte hábitat con el oso marino, no ha logrado recuperarse en Uruguay, y de hecho, representa la única población en el área de distribución de esta especie que actualmente tiene tasas de crecimiento negativas. Estos hallazgos indican que los osos marinos (A. australis) parecen presentar una mayor plasticidad dietética, lo que les ha permitido beneficiarse en mayor medidas de los cambios inducidos en la red trófica por presión antrópica", apunta Drago.
Los resultados también podrían ayudar a comprender el impacto de la pesca industrial en las relaciones tróficas de las comunidades de depredadores marinos de otros ecosistemas, y tener implicaciones en el campo de la biología de la conservación.
"Estos hallazgos podrían ser de relevancia para interpretar los comportamientos actuales y permitirnos predecir los cambios futuros en la estructura de los ecosistemas marinos. Es una información básica para desarrollar e implementar planes de gestión y conservación en las áreas marinas protegidas", concluye el investigador.
Referencia del artículo:
Drago, M.; Cardona, L.; Franco-Trecu, V.; Crespo, E. A.; Vales, D.; Borella, F.; Zenteno, L.; Gonzalez E. Inchausti, P. "Isotopic niche partitioning between two apex predators over time". Journal of Animal Ecology, 2017. Doi: 10.1111/1365-2656.12666.