Investigadores catalanes han participado en un estudio internacional para identificar nuevos genes que influyen en el riesgo de desarrollar osteoporosis y fracturas óseas. El trabajo ha permitido identificar 56 loci genéticos relacionados con la densidad ósea y 14 asociados a riesgo de fracturas.
Los profesores Daniel Grinberg, Susana Balcells y Roser Urreizti, del Departamento de Genética y del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona (IBUB), en colaboración con el Instituto de Investigación del Hospital del Mar (IMIM), han identificado nuevos genes que influyen en el riesgo de desarrollar osteoporosis y fracturas óseas.
En la investigación, que han liderado Fernando Rivadeneira y Karol Estrada, del Centro Médico Erasmo, en Rotterdam (Países Bajos), han colaborado equipos científicos de cincuenta centros de Europa, América del Norte, Asia y Australia.
El trabajo, que publica la revista Nature Genetics, se basa en un extenso metaanálisis de estudios de asociación de genoma completo (genome wide association studies,GWA) que ha permitido identificar 56 loci genéticos relacionados con la densidad ósea y 14 asociados a riesgo de fracturas.
La investigación se ha llevado a cabo en el marco del proyecto internacional Genetic Factors for Osteoporosis Consortium (GEFOS), financiado por la Unión Europea.
El objetivo de la colaboración es facilitar los genotipos de 1.600 mujeres para cerca de un centenar de polimorfismos de un único nucleótido (SNP), cuyos resultados se han integrado en este estudio multicéntrico.
Para los autores, "es importante destacar que solo sumando las aportaciones de muchas investigaciones de todo el mundo se puede llegar a conseguir resultados con este elevado nivel de credibilidad".
Un factor clave en el cromosoma 18
El estudio internacional, en el que han participado 80.000 pacientes de todo el mundo, es el más ambicioso que se ha llevado a cabo hasta ahora en el campo de la genética de la osteoporosis, y revela cuáles son los principales genes responsables de la susceptibilidad a la osteoporosis y la fractura ósea. Entre otros resultados, los expertos han descubierto en el cromosoma 18 el factor genético más importante en el riesgo de sufrir fracturas. La osteoporosis es una patología muy frecuente en personas de edad avanzada.
Según las estadísticas, casi la mitad de las personas que sufren fractura de cadera después de los 80 años mueren en el transcurso del año siguiente. Actualmente, la densidad mineral ósea es el principal indicador que ayuda a diagnosticar la osteoporosis y el riesgo de fractura ósea. En opinión de Fernando Rivadeneira, primer autor del estudio, "pese a que la densidad mineral ósea no es perfecta para predecir el riesgo de fracturas, nuestro trabajo supone un avance sin precedentes en el descubrimiento de la biología oculta del sistema esquelético humano, al haber encontrado factores en vías moleculares que son críticos para la biología ósea y de potencial interés para aplicaciones terapéuticas".
En busca de nuevas estrategias terapéuticas
El nuevo estudio revela datos inéditos sobre la arquitectura genética y los mecanismos patofisiológicos ligados a la variación de la densidad ósea y a la susceptibilidad a la fractura. Para los expertos de la UB, "la investigación abre vías para identificar nuevas dianas terapéuticas que permitan luchar contra esta patología. Los retos actuales nos llevarán a profundizar sobre el papel de estos loci e identificar las mutaciones realmente responsables de la patología".
"Muchos de los genes identificados eran desconocidos o no se les había relacionado nunca con el metabolismo óseo, mientras que un grupo de estos pertenecen a una vía de señalización bien caracterizada, que es la vía de Wnt. El gran desafío científico es que cada gen aporta una pequeña cuota de susceptibilidad y solo la suma de estos efectos tiene finalmente consecuencias directas sobre el individuo, lo que dificulta el diagnóstico de cada paciente", concluyen.