La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, ha inaugurado hoy en Barcelona el VII Congreso Europeo de Cáncer de Mama, el mayor encuentro internacional sobre este tipo de cáncer en Europa. Durante su intervención, la ministra se ha mostrado optimista y ha revelado que España es uno de los países europeos con menor tasa de mortalidad en cáncer de mama dentro de la Unión Europea.
Un total de 5.000 delegados de 90 países se reúnen en Barcelona durante el VII Congreso Europeo de Cáncer de Mama, inaugurado hoy por Cristina Garmendia. La ministra ha señalado que España, con un índice del 20,5%, es uno de los países con menor tasa de mortalidad en cáncer de mama en Europa, que posee una media de 24,9%.
“Ahora el principal reto es buscar las sinergias entre investigación y servicios asistenciales, para que se pueda acelerar la traslación del nuevo conocimiento a la práctica clínica, de manera que los pacientes y la sociedad puedan beneficiarse cuanto antes de los importantes avances científicos que se están produciendo”, ha explicado.
Garmendia ha subrayado el impacto positivo de los programas de detección precoz de cáncer de mama desarrollados por las comunidades autónomas y ha reiterado el papel protagonista indiscutible de las mujeres, “pues a ellas ha de atribuirse el mérito de acabar con los tabúes que han rodeado a esta enfermedad durante mucho tiempo”.
En su opinión, otra de las claves que explican el descenso en la tasa de mortalidad del cáncer de mama es el desarrollo de los sistemas de salud y la colaboración estrecha entre los distintos niveles asistenciales e instituciones especializadas.
El G-8 del cáncer
La ministra ha señalado que España es el segundo país a nivel mundial, tras EE UU, que mayor proporción de sus presupuestos públicos (275 millones de euros) dedica a la financiación de las ciencias biomédicas en relación con su Producto Interior Bruto.
Para la titular de Ciencia e Innovación, la investigación biomédica es “una prioridad” por su importancia en la lucha contra el cáncer, y se ha referido a iniciativas como la creación de la Plataforma de Ultrasecuenciación, dotada con 25 millones de euros, cuyo primer gran reto es la contribución de España al Consorcio Internacional del Cáncer, un proyecto conocido como “el G-8 de la genética del cáncer”.