La empresa pública de Medio Ambiente ha puesto en marcha el proyecto científico Ribpellet, para aprovechar los residuos de una fábrica de bobinas de madera, así como los restos procedentes de los clareos y limpiezas de bosque, para producir pieles adaptadas a los estándares de calidad de los países europeos punteros en el sector.
Según Arturo Rica, uno de los impulsores de la iniciativa, se construirá una planta de fabricación en la localidad burgalesa de Huerta del Rey, ubicada junto a la comarca de pinares de Burgos-Soria (Monte Modelo de Urbión), donde abundan los montes de pino silvestre (Pinus sylvestris), pino negral o resinero (Pinus pinaster) y pino laricio (Pinus nigra), “que constiuyen la base de la materia prima más adecuada para la calidad que se busca”.
En cuanto al proceso, Rica ha subrayado que se puede emplear en la combustión astilla y corteza de todo tipo. Así, se prevé una producción de 40.000 toneladas al año de pellet para lo que se requiere, como componentes, de una peladora de troncos, astilladora, cribadora y elementos de trasiego; un secadero de banda a baja temperatura, un silo de almacenamiento de producto seco, una línea de molienda y granulado, un silo para el producto terminado, un depósito para el llenado de camión cisterna y un módulo de cogeneración para producir energía térmica y eléctrica.
Por su parte, María Jesús Ruiz, consejera de Medio Ambiente, ha destacado que la planta, que cuenta con una inversión de 15’8 millones de euros, creará seis empleos directos y cerca de 125 indirectos. Por ello, la biomasa “constituye una alternativa al medio rural y supone el uso de un recurso propio que deja todo el valor añadido a nivel regional”. En este sentido, ha insistido en que la comunidad cuenta con 1’5 millones de toneladas de biomasa forestal disponible, a la que se pueden sumar los cultivos energéticos, lo que puede generar “más de 3.500 empleos en Castilla y León”.
Este potencial forestal posibilita la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero. “El desarrollo del sector permitiría reducir en 660 toneladas las emisiones de CO2”, insiste. Con el objetivo de fomentar la biomasa térmica la Administración regional trabajará en tres ámbitos, “la producción de pellets para garantizar el suministro, la sustitución de las calderas tradicionales por otras de biomasa y la instalación de estas calderas en edificios de nueva construcción”.