La sonda Dawn de la NASA ha detectado por primera vez material orgánico en Ceres que, junto al amoníaco, agua helada, carbonatos y sales de su superficie, ofrecen los ingredientes para el nacimiento de la vida. Además los científicos piensan que estos compuestos prebióticos son nativos, es decir, que no los trajo ningún objeto externo.
Entre las órbitas de Marte y Júpiter se mueve el planeta enano Ceres, el mayor de los objetos del cinturón de asteroides. Esta semana, científicos italianos y estadounidenses informan en la revista Science que han encontrado en su superficie un material orgánico alifático, formado por compuestos de carbono de cadena abierta implicados en la química que genera la vida.
Para realizar el estudio, los autores han utilizado los datos del espectrómetro cartográfico de luz visible e infrarrojo de la nave Dawn de la NASA, mientras sobrevolaba un territorio, de unos 1.000 km2, en el entorno del cráter Ernutet del planeta enano.
En esa zona se ha detectado un material con longitudes de onda características de los grupos metilo (CH3) y metileno (CH2), propios de la materia orgánica. Aunque todavía no se dispone de información suficiente para determinar exactamente de qué compuestos se trata, se sabe su parecido a minerales orgánicos tipo alquitrán, como la asfaltita o el kerite.
Los investigadores consideran que el material orgánico es nativo de Ceres. Como este cuerpo planetario contiene gran cantidad de agua y puede haber retenido calor interno desde su etapa de formación, es muy probable que los compuestos orgánicos se generaran en su interior. Después se pudieron unir a otros componentes esenciales para la vida.
“La presencia combinada en Ceres de este material orgánico, junto a minerales hidratados con amoníaco, el hielo de agua, carbonatos y sales, supone un entorno químico muy complejo, lo que sugiere un ambiente favorable para la química prebiótica”, destaca la autora principal, María Cristina De Sanctis, del Instituto Nacional de Astrofísica de Roma.
Respecto a la posibilidad de que los compuestos orgánicos detectados pudieran haber llegado a Ceres a bordo de un asteroide u otro objeto con el que impactara, los autores lo descartan: “Es poco probable que este material se haya depositado ahí desde una fuente externa mediante un impacto, porque el calor extremo los habría destruido, y porque su distribución en la superficie no se corresponde con ese tipo de colisión”.
Un hallazgo intrigante de importancia astrobiológica
"Descubrir una concentración localmente alta de materia orgánica en Ceres es realmente intrigante, con amplias implicaciones en Astrobiología", señala Simone Marchi, del Instituto de Investigación del Suroeste (Texas, EE UU) y coautora del trabajo.
En este contexto, el investigador Michael Küppers, que trabaja en el centro ESAC que tiene la Agencia Espacial Europea cerca de Madrid, destaca en otro artículo de Science la importancia del descubrimiento de moléculas complejas y agua en Ceres.
“De Sanctis y el resto del equipo proporcionan las primeras observaciones de material orgánico en Ceres, confirmando su presencia en el cinturón de asteroides –subraya–. Este planeta enano se une así a Marte y varias lunas de planetas gigantes (como Europa, Encelado o Titán) en la lista de lugares del sistema solar que pueden albergar vida”.
Referencia bibliográfica:
M.C. De Sanctis et al. "Localized aliphatic organic material on the surface of Ceres". Science, 17 feb 2017.
Ilustración de Ceres a partir de las imágenes captadas por la sonda Dawn de la NASA. Destacan los puntos brillantes (sulfatos de magnesio hidratados) del cráter Occator, muy alejado del cráter Ernutet (situado al otro lado del planeta enano), donde ahora se han encontrado los compuestos orgánicos. / ESO/L.Calçada/NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA/Steve Albers/N. Risinger.