La sonda Dawn de la NASA ha detectado por primera vez material orgánico en Ceres que, junto al amoníaco, agua helada, carbonatos y sales de su superficie, ofrecen los ingredientes para el nacimiento de la vida. Además los científicos piensan que estos compuestos prebióticos son nativos, es decir, que no los trajo ningún objeto externo.
Los misteriosos puntos brillantes de Ceres son más de dos. / NASA
Este viernes la sonda Dawn de la NASA alcanza Ceres, el objeto más grande del sistema solar entre Marte y Júpiter. Su entrada en la órbita del planeta enano ayudará a desvelar algunos de sus misterios, como sus enigmáticas manchas brillantes, y a comprender mejor los orígenes del sistema solar.
La cámara de la sonda Dawn de la NASA ha captado en febrero la presencia de dos enigmáticos puntos brillantes, uno más grande que el otro, en un mismo cráter del planeta enano Ceres. Podrían ser zonas ricas en sal o agua helada, o guardar alguna relación con un gélido vulcanismo. La llegada de la nave el próximo viernes ayudará a esclarecer este y otros secretos de Ceres.
Imagen de Ceres tomada por la nave Dawn el pasado 19 de febrero, donde se observan las dos enigmáticas manchas luminosas. / NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA
La sonda Dawn se ha convertido en la primera nave terrestre puesta en órbita alrededor de un objeto, Vesta, del cinturón principal de asteroides. La información y las imágenes que ya ha empezado a enviar ayudarán a preparar los futuros viajes humanos a los asteroides. Se da la circunstancia de que en 2007 cayó un meteorito en España que podría proceder de Vesta.
Vesta captado por Dawn el 16 de julio de 2011. Imagen: NASA /JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA
Primera imagen en bruto obtenida el pasado 3 de mayo por la nave espacial Dawn de la NASA del asteroide gigante Vesta.