Científicos de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid han estudiado los procesos que determinan el patrón espacial de las plantas de alta montaña para conocer la dinámica de sus poblaciones. El equipo ya había demostrado que las modificaciones de precipitación y temperatura derivadas del cambio climático están poniendo en peligro las poblaciones algunas plantas perennes en la Sierra de Guadarrama, que forma parte de una comunidad de prados de alta montaña protegida por de la Directiva de Hábitats.
La manera en la que las plantas se distribuyen espacialmente en una población depende de las interacciones que se establecen entre ellas, de forma que cuando compiten se afectan negativamente y tienden a aparecer separadas y cuando se facilitan lo hacen positivamente y se encuentran de forma agrupada. Sin embargo, este patrón espacial también resulta afectado por otros factores como la existencia de microambientes diversos o las capacidades de dispersión de las semillas. Es por ello que la identificación de las causas que generan los patrones espaciales en las poblaciones resulta difícil de determinar.
En este sentido, investigadores del área de Biodiversidad y Conservación de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), liderados por José María Iriondo, han evaluado la contribución que las características de dispersión de las semillas, la diversidad de microambientes y las interacciones intraespecíficas tienen en la conformación del patrón espacial observado en las poblaciones de Silene ciliata Poiret (Caryophyllaceae), una planta perenne que se distribuye en los sistemas de montaña mediterráneos del sur de Europa, como la Sierra de Guadarrama.
Estructura espacial agregada
“Un buen conocimiento de los procesos que determinan el patrón espacial de las plantas que conforman una población es clave para entender su dinámica demográfica y por extensión su capacidad de respuesta frente al cambio climático”, explica Iriondo. El estudio ha sido publicado en la revista científica OIKOS.
En este trabajo han comprobado cómo las plántulas muestran una estructura espacial agregada que está controlada por la disponibilidad de micrositios adecuados para la germinación y el establecimiento. “Para realizar este estudio hemos aplicado técnicas avanzadas de análisis espacial que permiten, mediante una aproximación observacional, distinguir la contribución que la dispersión de semillas, la heterogeneidad de hábitat y las interacciones intraespecíficas tienen sobre la conformación del patrón observado”, señala Carlos Lara, investigador de la URJC y primer firmante del artículo.
Dinámica de poblaciones
Los resultados en su conjunto demuestran que los patrones de agrupación de plantas no tienen por qué estar mediados por interacciones de facilitación como algunos estudios previos han asumido. “Los resultados minimizan la importancia de las interacciones intraespecíficas para el patrón espacial de la especie, a la vez que destacan la importancia de evaluar todos los factores que promueven la agregación de las plantas al objeto de conocer mejor la dinámica de las poblaciones”, concluye Iriondo.
Este grupo de investigación ha demostrado en anteriores estudios que las modificaciones de precipitación y temperatura derivadas del cambio climático están poniendo en peligro la presencia de las poblaciones de Silene ciliata en la Sierra de Guadarrama, que forma parte de una comunidad de prados de alta montaña protegida por de la Directiva de Hábitats de la Unión Europea (Directiva 92/43/CEE) por su singularidad y riqueza florística, así como por su reducida área de distribución.
Referencia bibliográfica:
Carlos Lara-Romero, Marcelino de la Cruz, Gema Escribano-Ávila, Alfredo García-Fernández and Jose M. Iriondo What causes conspecific plant aggregation? Disentangling the role of dispersal, habitat heterogeneity and plant–plant interactions. OIKOS. Accepted Author Manuscript. doi: 10.1111/oik.03099